sábado, 15 de enero de 2011

La masacre del Hércules TC-62




Jorge Fernández Zicavo

28.08.1975
Aeropuerto “Teniente Benjamín Matienzo”
Tucumán, República Argentina
Gobierno constitucional presidido por María Estela Martínez de Perón.

En el marco del Operativo Independencia destinado a aniquilar las fuerzas guerrilleras del ERP que pretendían establecer una "zona liberada" en la provincia de Tucumán, las Fuerzas Armadas acordaron que debían participar rotativamente tropas del Ejército, de la Gendarmería Nacional y contingentes de la Policía Federal.
Para este continuo relevamiento de tropas, la Fuerza Aérea (además de operar con helicópteros UH-1H Huey, cazas Pucará y cazabombarderos Douglas A-4 Skyhawk) destinó sus aviones de transporte Lockheed C-130 “Hércules”.

El día 28 de agosto de 1975, en torno a las 13.30 horas, el Hércules TC-62 inició la carrera de despegue en el aeropuerto tucumano con 114 efectivos de Gendarmería a bordo que regresaban a su unidad, la X Agrupación, en la provincia de San Juan.

Cuando el gigantesco avión ya estaba despegando, pero todavía a muy baja altura, una potente carga explosiva colocada en el subsuelo de la pista le alcanzó de lleno y lo derribó envuelto en llamas. Como consecuencia del atentado murieron seis gendarmes y 23 resultaron gravemente heridos.

La carga explosiva fue colocada por Montoneros para apoyar a la guerrilla del EPP. Concretamente, por una "patrulla de monte" integrada por 30 combatientes al mando de Juan Carlos Alsogaray (hijo del ex Teniente General y ex comandante en jefe del Ejército, Julio Rodolfo Alsogaray), que además fue quien detonó la bomba. Este sanguinario terrorista, que antes de ser destinado a Tucumán había sido jefe de la "Columna La Plata" de Montoneros, moriría el 23 de febrero de 1976 en combate con el Ejército cerca de La Cruz, Depto. de Burruyacú, Tucumán. Se da la siniestra circunstancia de que el 18 de agosto de 1971, Juan Carlos había participado en el intento fallido de secuestrar a su padre.
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El suceso relatado por la Fundación "Marambio":

Sí, esto fue noticia el 28 de Agosto de 1975, que mucha gente ya no lo recuerda y otros, aquellos que tienen menos de 30 o 40 años de edad, lo desconocen, porque no habían nacido o eran demasiado chicos.

Ese día cuando todavía no habíamos salido del estupor de otros hechos similares, recibimos una noticia que nos conmocionó, el avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina, matrícula TC-62 había sido derribado a las 13:05 horas, por una bomba colocada y hecha estallar por control remoto, en plena carrera de despegue, que la habían colocado en el desagüe que pasaba por debajo de la pista de aterrizaje del Aeropuerto de Tucumán "Teniente Matienzo", quedando un cráter en el cemento de 12 m de diámetro por 2 de profundidad.
Se trasladaban 114 efectivos de la Gendarmería Nacional, con destino a la Provincia de San Juan, de los cuales, en el día del atentado, se habían registrado seis fallecimientos y veintitrés heridos, nueve de ellos de gravedad.
Esta operación se llevó a cabo con una gran precisión, pero por la pericia de la tripulación se evitó que este atentado criminal alcanzara proyecciones de catástrofe, salvando las vidas de más de un centenar de almas que se encontraban a bordo, como así también el desastre que podía haber ocasionado de haberse precipitado sobre el Barrio Obrero situado a continuación de la cabecera de pista de dicho Aeródromo.
El aparato se destrozó al caer a tierra y quedó envuelto en llamas, explotando con impresionante violencia, lo que causó pánico entre los habitantes de la zona próxima al Barrio San Cayetano.
Los restos del avión quedaron esparcidos en un radio de aproximadamente 300 metros, mientras que el grueso de la estructura se incendiaba a un costado de la pista envuelto en llamas y en medio de una columna de humo negro visible a gran distancia del lugar.
La tarea de rescate se hizo muy difícil para los bomberos que estaban atacando el fuego, debido a las explosiones posteriores, causadas por los tanques auxiliares de combustible y el material transportado a bordo.
Un hecho significativo que merece ser recordado, fue que mientras se incendiaba el avión y entre las explosiones, se vivieron escenas heroicas por parte de los bomberos, la gente del lugar, como así también de los tripulantes del Hércules y Gendarmes que habían podido salir de este infierno y volvían a rescatar a los que quedaban atrapados entre los restos del avión, el cual quedó totalmente destruido.
En esta acción valerosa pereció por asfixia el Gendarme Raúl Remberto CUELLO, quien salió ileso del avión y entró repetidas veces, salvando valiosas vidas, hasta quedar atrapado por las llamas en el que sería su último intento, dando un ejemplo de valor y coraje llevados hasta el supremo sacrificio.
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montonero Juan Carlos Alsogaray, alias "Hippie"

Los gendarmes muertos fueron:

Evaristo Gómez
Juan Argentino Luna
Marcelo Godoy
Pedro Yáñez
Juan Riveros
Raúl Remberto Cuello*

Este último, de sólo 18 años de edad, tras rescatar a varios camaradas murió asfixiado en su último intento. Actualmente, la Escuela de Suboficiales de Gendarmería Nacional con asiento en la ciudad cordobesa de Jesús María, lleva su nombre.


Raúl Remberto Cuello






El TC-62


Minutos antes del trágico despegue





Ilustración que reconstruye el atentado










2 comentarios:

  1. Sin rencor, Pero con memoria. Ésto ocurrió en plena democracia.

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  2. muy bueno poder recordar esos tiempos de guerra y masacre, hoy nos cambiaron la historia y los delincuentes que ocasionaron estas muertes, son héroes y cobran pensiones. Y los que defendían la PAtria y al gobiernos Peronista de aquella época, la mayoría en cautiverio y muriendo de viejo abandonas como ratas y muriendo viejos y enfermos en los penales federales.

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