viernes, 9 de septiembre de 2011

11-S: comienza la Yihad del siglo XXI




Jorge Fernández Zicavo

El 11 de septiembre de 2001, terroristas de la organización islámica Al-Qaeda secuestraron cuatro aviones para atentar en el corazón de EE. UU. Los terroristas impactaron dos aviones-misiles en las Torres Gemelas de New York, y el tercero contra el Pentágono. Los pasajeros del cuarto avión lucharon contra sus secuestradores e impidieron que lograran su objetivo de estrellarlo contra el Capitolio.

El primer ataque sufrido por los Estados Unidos de América en su territorio, alteraría su política exterior y bélica al proclamar la guerra contra el islamo-terrorismo en todo el planeta.

Entre las nueve menos cuarto y las diez y media del 11 de septiembre de 2001, nacía un "nuevo mundo" marcado por la Yhihad (*) del siglo XXI que Occidente respondió mediante contraofensivas militares en Afganistán e Irak.

Transcurrieron 102 minutos, desde que el primer avión impactó contra la Torre Norte del World Trade Center de Nueva York, hasta que la gigantesca estructura quedó reducida a escombros.

En el interior de las Torres Gemelas murieron 3.000 personas, más 400 policías y bomberos que lucharon por buscar supervivientes entre los restos calcinados.

Así se desarrolló la tragedia:

08.46- Un Boing 767 de American Airlines impacta entre los pisos 93 y 99 (altura de un edificio de seis plantas) de la Torre Norte. El avión había despegado de Boston con 92 pasajeros y tripulantes a bordo. Las primeras informaciones apuntan a que se trata de una avioneta.

09.02- Se ordena la evacuación de la Torre Sur.

09.03- El vuelo 175 de United, también procedente de Boston, impacta entre las plantas 77 y 85 de la Torre Sur. En el interior de este avión había un total de 65 personas.

09.07- Andrew Card, jefe de Gabinete de la Casa Blanca, entra en un colegio de enseñanza primaria en Sarasota (Florida), donde el presidente George W. Bush está conversando y leyendo un cuento a los alumnos, y le dice al oído: "Señor Presidente, un segundo avión ha golpeado la segunda torre. América está siendo atacada".

09.08- La Autoridad Federal de Aviación prohíbe los vuelos que pasen por Nueva York y se cierran los puentes y túneles de Manhattan.

09.26- Se prohíben todos los vuelos civiles en el territorio nacional.

09.37- Un tercer avión impacta en la fachada sudoeste del Pentágono, sede del Departamento de Defensa, en Washington DC.

09.45- Se ordena que todas las aeronaves nacionales o extranjeras que en esos momentos vuelan sobre el espacio aéreo de EE.UU. aterricen inmediatamente en el aeropuerto más cercano.

09.48- El Capitolio (Congreso de los EE.UU.) y la Casa Blanca, son evacuados.

09.59- Se derrumba la Torre Sur. Sólo 18 de los cientos de personas que estaban dentro del edificio, logran escapar antes del colapso.

10.03- Un cuarto avión se estrella en un bosque cercano a Shankville, Pensilvania, después de que los pasajeros, informados por familiares y amigos mediante teléfonos móviles, lucharan con los terroristas para impedir que cumplieran su objetivo. Parece probado que se trataba del Capitolio.

10.22- Es evacuado el edificio de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York.

10.22- Son evacuadas las sedes neoyorkinas de los Departamentos de Estado y de Justicia, así como la del Banco Mundial.

10.28- La Torre Norte, primera en ser golpeada, se derrumba totalmente.

El 11 de Septiembre de 2001 fue un golpe devastador en el corazón de los Estados Unidos y su principal distrito financiero.
Wall Street cerró durante cuatro días y las Bolsas europeas experimentaron bajadas de entre el 4 y el 9%.
El espacio aéreo permaneció cerrado hasta el día 13, y se endurecieron las normas de seguridad para acceder a los aviones.
En noviembre se aprobó la Ley Patriótica, que dotaba de mayores poderes a las agencias de Inteligencia estadounidenses para combatir al islamo-terrorismo a escala mundial.

Por primera vez en su historia, la OTAN invocó el artículo 5º que obliga a sus miembros a responder colectivamente para defender a un Estado atacado, y en octubre comenzó la todavía inconclusa guerra de Afganistán para tratar de acabar con Al-Qaeda y con su líder Osama Bin Laden que reivindicó la autoría de los atentados. Diez años después, sería localizado y ejecutado en Pakistán por un comando de la United State Navy.

En 2003, una coalición política y militar de 46 países liderada por EE UU. invadió Irak.

El 11 de marzo de 2004, una cadena de atentados con explosivos en trenes de Madrid (de autoría judicialmente desconocida hasta ahora, pero que el gobierno del socialista Luis Rodríguez Zapatero atribuye al islamo-terrorismo), dejó un saldo de 192 muertos y 1.200 heridos.

El 7 de julio de 2005, una cadena de atentados islamo-terroristas con explosivos en el Metro de Londres provocó 56 muertos y 300 heridos.

Desde el 11-S hasta la actualidad, el islamo-terrorismo ha cometido en todo el mundo cerca de 50 atentados de consecuencias mortales, contra organismos civiles y militares, hoteles turísticos y templos de la Iglesia Católica. Aparte de los cometidos en Israel.

(*)
Guerra Santa del Islam contra todos los "infieles", particularmente contra los cristianos, proclamada por el Corán; libro que recoge las revelaciones hechas por Alá al profeta Mahoma y transmitidas por tradición oral. En el 622 d.c. el Profeta inició la Yihad contra La Meca de Medina y toda Arabia.


La segunda oleada yihadista, iniciada tras morir el Profeta en 632, invadió la Mesopotamia, Persia, Siria, Líbano, Palestina y Egipto, provincias del Cristiano oriental Imperio Bizantino.

La tercera, tras arrasar e invadir todo el norte de África y el Magreb, invadió el sur de la Europa Católica: Sicilia, Córcega, Cerdeña, Poitiers (Francia) y España, que entonces incluía el territorio occidental del Reino de Castilla que más tarde sería el Reino de Portugal.

La cuarta y última invasión, por el Este de Europa, fue frenada ante las murallas de Viena en 1251.


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"Una vez transcurrido los meses sagrados, matad a aquellos que atribuyen la divinidad a otros dioses junto con Alá". Corán, 9: 5

"No sois vosotros quienes los matáis. Es Alá". Corán, 8: 17
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A continuación reproducimos un artículo del catedrático de filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, Gabriel Albiac, publicado por el diario El Mundo el 12.09.2002

TOMAR PARTIDO

En la retórica suicida de demasiada gente de mi edad e historia, los 3.000 asesinados en las Torres Gemelas y el Pentágono serían justa revancha de un mártir Tercer Mundo contra el devastador Imperio (que el justiciero sea un multimillonario saudí financiado en petrodólares no parece conmover tal evidencia). Y los 52 palestinos caídos en combate en el asedio de Yenín (frente a 27 bajas de los asaltantes), genocidio. A tal punto de que no sé ya si llamarlo insensatez, locura o perversidad ha llegado nuestro lenguaje.

Pulsión suicida, en todo caso; no nos engañemos.
Quienes invocan hoy la reaccionaria condición de Bush, para condenar la respuesta militar estadounidense al mortífero ataque sufrido, olvidan un matiz elemental: que en un conflicto bélico no es posible valorar a un contendiente sino en su relación con el otro.

Winston Churchill era un duro reaccionario; tanto, por lo menos, como el actual presidente norteamericano.
Pero tenía enfrente a un tal Adolf Hitler. Y un izquierdista de 1940, por radical que fuese, no podía permitirse el lujo de dudar un solo instante ante la opción. Entre otras cosas, porque Churchill era su única oportunidad de seguir vivo.

Nadie se engañe. No es Bush la clave de esta historia. La clave es una acción de guerra: la del 11 de septiembre de 2001. Y un agresor: el islamismo político, a través de una de sus difusas unidades de combate, Al Qaeda.

Es vano buscar, en la historia europea del siglo XX, algo comparable en pureza reaccionaria a ese islamismo.
No es de esta era. Hunde raíces en un universo de guerra santa que el imaginario occidental no acierta siquiera a representarse.

Visión del mundo que el Corán codifica: Alá ha dado a los creyentes misión de exterminar a los infieles contumaces.

"Ve y di a los infieles: seréis vencidos y recluidos en la Gehena" (Corán, 2: 12

"Matad a los politeístas, allá donde los encontréis" (Corán, 9: 5)

"No sois vosotros quienes los matáis. Es Dios" (Corán, 8: 17)

Nos podrá sonar a broma. A nosotros. A un creyente, no. Para un creyente, la sola duda acerca de ese tipo de evidencias es blasfemia.

Nadie se engañe: en comparación con ese impensable retorno al primitivismo irracional extremo, Adolf Hitler sería un avanzado de las libertades públicas.

Frente al islamismo hoy, aún más que frente al fascismo hace medio siglo, sólo caben dos opciones: ganar la guerra o perderla.

No tomar posición por Churchill contra Hitler en 1940, so coartada de su conservadurismo, era peor que un crimen; un suicidio.

Rezongar majaderías "progres" sobre el "reaccionario" Bush, cuando ya la Guerra Santa islamista ha sido declarada, es peor que un suicidio. Es una minuciosa canallada.

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