viernes, 13 de julio de 2018

Ejército Guerrillero del Pueblo: "Operación Fantasma" en Argentina


"Cuando el CHE se unió a nosotros me puso una condición: que si triunfábamos, por razones de Estado no le impidiera ir a Argentina a hacer la Revolución. Cuenta con eso, le dije".
Fidel Castro
Entrevistado por el periodista de Clarín, Juan Gasparini, durante la Conferencia de la Organización Mundial del Comercio. Ginebra, 21 de mayo de 1998.

"El único lugar donde no intentamos promover la Revolución fue México. En el resto, sin excepción, lo intentamos. Tratamos de respaldar y desarrollar movimientos revolucionarios armados contra las oligarquías y el imperialismo".
Fidel Castro
Foro de la Asociación de Economistas de América Latina y del Caribe. La Habana, 4 de julio de 1998.



Jorge Fernández Zicavo

Si el foco guerrillero de UTURUNCOS (izquierda peronista, Tucumán, 1959) sólo duró sietes meses y no entró en combate con las fuerzas del Estado, el del EJÉRCITO GUERRILLERO DEL PUEBLO (izquierda marxista, Salta, 1963) también fugaz y sin combates, fracasaría por las mismas causas:
Errónea elección sociológica y política de una zona de operaciones casi despoblada (en el caso del EGP la mayoría de los pocos habitantes vivían del contrabando, por lo cual eran muy desconfiados ante la presencia de forasteros, y posibles delatores para “quedar bien” con policías y gendarmes).
Durísimas condiciones ambientales para urbanitas ajenos a los montes selváticos.
Una pésima organización logística en cuanto al suministro de alimentos...
Resumiendo, ambos proyectos no cumplieron el axioma maoísta para que una guerrilla rural o campesina pueda tener alguna posibilidad de éxito: moverse en el terreno y entre la población como el pez en el agua.

Pero al margen de estas similitudes negativas el EGP salteño se diferenció del UTURUNCOS tucumano por algo fundamental: su foco no fue ideado y organizado por argentinos sino por el gobierno cubano en el marco de su proyecto estratégico Exportar la Revolución. Una estrategia ofensiva y a la vez defensiva (1) resumida en la Declaración de Caracas (2) pactada el 23 de enero de 1959 entre Fidel Castro y el Partido Comunista de Venezuela que el régimen castrista comenzó a ejecutar inmediatamente (16 de abril) invadiendo Panamá, Nicaragua, Santo Domingo y Haití con grupos armados integrados por militares cubanos y guerrilleros nativos.

Con aquella estrategia destinada a “Convertir la Cordillera de los Andes en la Sierra Maestra de América” el megalómano Fidel Castro pretendía ser el Bolívar del siglo XX. Esa Operación subversiva a escala latinoamericana fue bautizada Fantasma.

Para comprender como se llevó a cabo esta agresión militar de la República Socialista de Cuba (3) a la República Argentina mediante el EGP (en la que también, como se verá, participaron otros países socialistas) es necesario hacer una breve introducción a la estructura orgánica de la Inteligencia del régimen castrista.

Génesis y Evolución

Cinco meses después de que Fidel Castro tomara el poder en enero de 1959, llegó a La Habana el coronel del KGB Alexander Ivánovich Alexeiev. (4) ex Primer Secretario de la Embajada de la URSS en Argentina entre 1954 y 1958, con la misión de organizar la Seguridad y la Inteligencia del nuevo Estado “antiimperialista” situado a escasas millas de Estados Unidos que los soviéticos llamaban “nuestro portaviones del Caribe”. Ese urgente establecimiento de relaciones entre el régimen castrista y la URSS, debido a su necesidad (años de Guerra Fría) de alinearse con la potencia enemiga de EEUU y adquirir petróleo, cazas MIG, tanques y artillería, fue gestionado por Raúl Castro, ex militante del Partido Socialista Popular (comunista) que años antes había integrado una delegación invitada a conocer la Unión Soviética.

En 1960, Alexeiev regresó a Moscú y poco después llegaron a Cuba especialistas rusos para dar los primeros pasos organizativos. Al año siguiente se fundó la Dirección General de Seguridad DGS y la Dirección General de Inteligencia DGI encuadradas en el Ministerio del Interior MININT cuyo titular era el comandante Ramiro Valdés Menéndez, uno de los fundadores del Movimiento 26 de Julio y de su Ejército Rebelde.

La DGS era responsable de la seguridad personal de la élite dirigente, la Policía, la Gendarmería, las prisiones y el control político de la población: correo postal, escuchas telefónicas, etc.

La DGI, de las operaciones en el exterior, contrainteligencia, control de los funcionarios de embajadas y apoyo a organizaciones revolucionarias del continente. La suma de ambas Direcciones Generales era conocida como G2.

La DGI (que en 1965 sería reestructurada por Markus Wolf, Director de la STASI: Ministerio para la Seguridad del Estado de la República Democrática Alemana), fue puesta bajo el mando del comandante de las FAR y viceministro del Interior, Manuel Piñeiro Losada “Barbarroja”, que durante dos décadas supervisaría todas las operaciones de “Fantasma” en América Latina como máximo responsable del Departamento Frente Liberación.


Manuel Piñeiro Losada "Barbarroja" junto al "Che" y el jefe de su custodia Horacio Peña Torres "Hermes"

Posteriormente el Frente Liberación pasó a llamarse Departamento América y a depender políticamente del Comité Central del Partido Comunista, manteniéndose Piñeiro como su jefe operativo.

Del Departamento América dependía el Departamento Escuelas Especiales que gestionaba los campamentos de instrucción militar PETI (Preparación Especial de Tropas Irregulares) donde se entrenaban los “revolucionarios” que luego operarían en sus países. En total había veintiuna escuelas-campamentos divididas por nacionalidades, donde se impartían cursos sobre guerrilla urbana y rural, uso de diferentes armas, explosivos, secuestros, falsificación de documentos, técnicas de seguimiento y contra-seguimiento en ciudades, etc. Los PETI fueron organizados por los coroneles del KGB, Vadim Kochergin y Víctor Simonov.

La mayoría de los futuros guerrilleros argentinos y uruguayos se entrenaron en el PETI Punto Cero ubicado en Guanabo. Este Punto Cero era (sigue siendo) una ciudadela o zona cero de La Habana custodiada por tropas del Ministerio del Interior donde residía la élite del régimen: los hermanos Castro, Guevara, ministros, generales y miembros del Comité Central del Partido Comunista. Otros argentinos y uruguayos se entrenaron también en el PETI Centro Minas de Frío, en la Sierra Maestra. Había gran variedad de PETIS, uno de ellos, por ejemplo, dedicado a entrenar a voluntarios para combatir en Vietnam.



Argentinos en el campamento Punto Cero

De los argentinos que viajaron a Cuba para recibir entrenamiento en los PETI se transcribe a continuación el testimonio del jefe de Inteligencia del ERP, Arnold Kremer “Mattini”.

Llegar a Cuba para hacer un curso militar era una odisea. Viajábamos de Argentina a Francia y en el aeropuerto de Orly hacíamos un transbordo que nos conducía a Praga, donde con un pasaporte falso abordábamos un avión de Cubana de Aviación que nos llevaba a La Habana. Lo fundamental en esos viajes era que no quedara rastro alguno en el pasaporte sobre nuestro paso por países de la órbita socialista. Nuestra entrada en Checoslovaquia era clandestina. La Inteligencia checa permitía que contactáramos con la embajada cubana para que nos dieran “luz verde” para la continuación del viaje.(5)

Por estos campamentos pasaron algunos que luego serían mundialmente famosos, como el mexicano Rafael Sebastián Guillén, “Subcomandante Marcos”; el peruano Abismael Guzmán, “Presidente Gonzalo”; el venezolano Illich Ramírez, “Chacal” y el francés Regis Debray que en 1967 integraría la guerrilla del “Che” en Bolivia.

Retomando el caso EGP, y como ya se ha mencionado, en esa agresión armada de la República Socialista de Cuba a la República Argentina participaron los Servicios de Inteligencia de tres países: la Argelia del socialismo árabe y las repúblicas socialistas de Alemania oriental y Checoslovaquia.

Que la agresión mediante el EGP fue planeada y ejecutada por el gobierno cubano quedó ampliamente probada por los siguientes datos:

El proyecto EGP fue concebido por el entonces ministro de Industria, Ernesto Guevara Lynch, que se pondría al frente de las operaciones en suelo argentino cuando el foco se hubiera consolidado. Hasta entonces la guerrilla estaría al mando del periodista argentino y agente cubano desde que fundara la Agencia Oficial de Noticias Prensa Latina, Jorge Ricardo Masetti “Comandante Segundo”. Debido a esta espera, la Operación fue bautizada Penélope.


Masetti



Esta intervención del ministro Ernesto Guevara Lynch basta para probar que la guerrilla EGP constituyó una agresión armada de la República Socialista Cubana a la República Argentina. Y no sólo por el rango gubernamental del “Che”, sino también porque Penélope fue monitoreada desde La Habana por el mencionado viceministro del Interior y comandante de las FAR Manuel Piñeiro Losada “Barbarroja”. Y por si esto fuera poco, en territorio boliviano y argentino operó el general de las FAR y jefe de Contrainteligencia Militar, Abelardo Colomé Ibarra “Furry”. Es decir: dos altos mandos de las Fuerzas Armadas que durante décadas entrenarían y armarían guerrillas y bandas terroristas en una docena de países latinoamericanos. Años después del EGP, Colomé Ibarra sería nombrado Ministro del Interior, ascendido a General de Cuerpo de Ejército y promovido al Comité Central del Partido Comunista. Asimismo, tres oficiales de las FAR pertenecientes a la custodia personal del “Che” integraron la tropa del EGP: uno en La Paz para comunicarse con el “Che” por intermedio de Piñeiro y dos en Salta como responsables militares.


Abelardo Colomé Ibarra "Furry"

A continuación se resume el inicio, desarrollo y final de la Operación Penélope utilizando fuentes citadas en la nota (6)

En la primera semana de noviembre de 1962, tras recibir entrenamiento militar en La Habana bajo la supervisión de Piñeiro “Barbarroja” y ser despedidos por el “Che”, Masetti y su estado mayor viajaron a Praga. El grupo estaba integrado por:

General Colomé Ibarra “Furry”.

Los oficiales cubanos miembros de la custodia del “Che”, capitán Horacio Peña Torres “Hermes” y teniente Juan Alberto Castellanos “Alberto”.

Ciro Bustos “Laureano”: argentino de la máxima confianza del “Che”, que en 1967 también integraría su guerrilla boliviana.

Los argentinos y agentes del Frente Liberación Federico Evaristo Méndez, “Teniente Federico” y Leonardo Julio Werteim, “el Médico”.

Tras unas semanas de duro entrenamiento físico, a finales de diciembre viajaron hacia Argel haciendo una escala de varios días en París. Una vez en Argel (1 de enero de 1963), debieron esperar cuatro meses en una casa clandestina de la Inteligencia argelina porque la red logística establecida en Bolivia todavía no daba “luz verde”.

El 10 de mayo, viajaron a Sao Paulo, Brasil (con escala en Roma) camuflados por los argelinos como miembros de una misión comercial. Desde Sao Paulo, “Furry”, Masetti y “Hermes” volaron hacia La Paz. Los otros viajaron en tren.

Allí les esperaba la argentina Haydée Tamara Bunke Bider “Tania” (Buenos Aires, 1937. Hija de padre alemán y madre polaca emigrados a Argentina). En 1952 la familia se radicó en la República Democrática Alemana. En 1955 “Tania” ingresó en el Partido Socialista Unificado de Alemania (Partido Comunista) y poco después fue reclutada por la STASI. A finales de 1960 conoció al “Che” durante una gira oficial de éste por la RDA, la Unión Soviética y otros países socialistas. En mayo de 1961 viajó a La Habana para “conocer de cerca la Revolución” y debido a sus conocimientos de alemán, francés, inglés y ruso, trabajó en el Ministerio de Educación y en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos. En 1963 ya era una agente de la Inteligencia cubana (Frente Liberación), aunque manteniendo su enrolamiento en la STASI en el marco de la “solidaridad revolucionaria internacionalista”. Escogió el nombre de guerra “Tania” en homenaje a una legendaria guerrillera soviética ahorcada por los alemanes durante la invasión de Rusia en 1941.

Haydé Tamara Bunke Bider “Tania”

Antes de que los egepistas salieran de Cuba, “Tania” se había establecido en La Paz para captar militantes comunistas dispuestos a alojarlos unos días en sus casas y organizar una red de apoyo logístico y reclutamiento, siendo ayudada en estas tareas por el capitán de las Tropas Especiales del MININT y también integrante de la custodia del “Che”, José María Martínez Tamayo “Papi”, cuya misión era asegurar las comunicaciones entre Masetti y Piñeiro.

En cuanto el grupo proveniente de Argelia arribó a La Paz, se alojó en las casas conseguidas por “Tania” y posteriormente en un campo de cinco hectáreas llamado Sidras (comprado por el teniente Castellanos en un viaje anterior), junto a un riacho llamado Emborozú (Dpto. de Tarija) que desagua en el río Bermejo. Allí, vestidos con ropas verdes oliva de tipo militar y borceguíes que les habían facilitado los argelinos, levantaron un vivac alejado de la casa de la finca diciendo a los pobladores de la zona que eran... “ingenieros dedicados a estudiar el cultivo de soja”, pero como les vieron haciendo instrucción militar con fusiles, también dijeron ser... “aficionados a la caza”. Los lugareños llamaban a esa finca “La casa de piedra”. (7). Bolivia tenía entonces un Gobierno constitucional presidido por Víctor Paz Estenssoro.

La casa de Piedra

Simultáneamente a esos entrenamientos, Ciro Bustos viajó a Córdoba, Mendoza y Buenos Aires para crear células de apoyo logístico y reclutamiento. En Córdoba organizó una con militantes expulsados del Partido Comunista agrupados en torno a la revista Pasado y Presente fundada por José María Aricó y Oscar del Barco; y otra en Buenos Aires con los también expulsados del PC, Juan Gelman, Juan Carlos Portantiero y José Luis Mangieri. Asimismo, reclutó a Mario Roberto Santucho, del trotskista Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). En estos viajes le acompañaba el general Colomé Ibarra “Furry”.

Debido a su extensión, no es posible detallar aquí otra ambiciosa Operación del “Che” complementaria a la del EGP, que debía desarrollarse en Perú con una guerrilla al mando de Hugo Blanco, quién para entonces había roto sus relaciones con los trotskistas argentinos del PRT fracción Palabra Obrera, liderados por Hugo Bressano “Nahuel Moreno” y adherido al foquismo de los cubanos.
Dicha Operación, que fue desarticulada por la policía peruana antes de que comenzaran a accionar, le fue confiada por el “Che” al ex uturunco Miguel Ángel Bengoechea “el vasco” quién, tras el fracaso del proyecto peruano, se puso a organizar el previsto foco tucumano del EGP que la derrota en Salta haría imposible. Estos datos demuestran que la Operación Penélope incluía tres frentes nacionales simultáneos (Argentina, Bolivia y Perú), acorde con la estrategia continental de la Operación Fantasma. Los peruanos ya habían recibido un cargamento de armas enviado por Piñeiro.

El 21 de junio, tres guerrilleros de “La casa de piedra” entraron en Salta para explorar la zona selvática de Yuto.

El 3 de julio, mientras el EGP estaba en Bolivia preparando su infiltración en territorio argentino, el “Che” encabezó la delegación cubana que visitó Argelia con motivo del Primer Aniversario de su Independencia, siendo recibido en el aeropuerto por el presidente Ahmed Ben Bella.


El 23 de septiembre, Masetti y sus nueve guerrilleros cruzaron el río Bermejo e ingresaron en Salta.

El 12 de octubre, asumió la presidencia de Argentina el candidato de la Unión Cívica Radical, Arturo Humberto Illia, lo cual generó dudas en el EGP respecto a si debía continuarse la Operación, pero Masetti ordenó seguir adelante.

En enero de 1964 Masetti distribuyó una demagógica carta a los campesinos salteños diciéndoles que... “nosotros también somos trabajadores explotados como ustedes” y convocándolos a incorporarse a la lucha contra... “los ricos y los patrones”. (8)

El 4 de marzo, gendarmes de Orán, Salta, capturaron a siete egepistas, incluido el teniente cubano Alberto Castellanos y dos argentinos que resultaron ser infiltrados de la DIPA (División Investigaciones Políticas Antidemocráticas) de la PFA: Alfredo Campos “el Pintor” y Víctor Eduardo Fernández “el Pedicuro”.

De Izqda a Dcha argentinos Federico Frontini y Oscar del Hoyo, teniente cubano Juan Alberto Castellanos y el infiltrado de la DIPA, Víctor Eduardo Fernández

Mirando a cámara, el teniente Juan Alberto Castellanos

El 13 de abril, la Gendarmería localizó en La Quiaca el arsenal que les había llegado desde Cuba (lanzacohetes rusos RPG, subfusiles Thompson, fusiles FAL y granadas) capturando allí a cinco egepistas.

El 18 de abril, se produjo en las proximidades del río Piedras un enfrentamiento armado entre el capitán cubano “Hermes” y efectivos de Gendarmería resultando muerto el gendarme Juan Adolfo Romero.

El 19 de abril, un Alférez, un Sargento y un Gendarme abatieron en una emboscada a “Hermes” y al argentino Jorge Guille que le acompañaba.

El 20 de abril, fueron capturados Juan Héctor Jouvé “el Cordobés” y Carlos Bandoni “Carlitos”.

En los primeros días de mayo fueron encontrados en la selva los cadáveres de dos guerrilleros que según la autopsia habían muertos por hambre: el chileno Marcos Szlachter y el argentino Diego Magliano Allen. También fueron halladas las fosas de otros dos, fusilados por querer desertar: Adolfo Rotblat “Pupi” y Bernardo Groswald “Nardo”.

Pocos días después, fue desarticulada en la capital de Salta y de Córdoba toda la red logística. La Operación Penélope había terminado.

Sin embargo....

El 21 de julio de 1964, tres meses después de su derrota, el EGP volvería a ser noticia al explotar un arsenal de su célula porteña ubicado en el Departamento 108 de un edificio en la calle Posadas 1168, de la Capital Federal; un arsenal compartido con las FARN (Fuerzas Armadas de la Revolución Nacional) fundada por John William Cooke en La Habana. Como consecuencia de la espectacular explosión (150 kilos de pólvora negra) murieron un matrimonio con sus dos hijos pequeños, otro vecino no identificado en la prensa y cinco terroristas: "el vasco" Ángel Bengoechea y los miembros de las FARN Carlos Guillermo Schiavello, Raúl Reig, Lázaro Saúl Feldman y Hugo Pelino Santilli. También murió el bombero de la PFA, Enrique Gorlier, cuando intentaba localizar más heridos o muertos bajo los escombros. Como ya se ha mencionado, integraban esa célula porteña del EGP, Mario Roberto Santucho, su mujer Liliana Delfino y los ex militantes del PC, Juan Carlos Portantiero (sociólogo) y José Luis Mangieri, fundador de la editorial marxista La Rosa Blindada.

(Portadas de Clarín, ampliar con un Clic)









EPÍLOGO

Masetti y otro guerrillero argentino de apellido Altamirano se adentraron en la selva y nunca más se supo de ellos.

El general Colomé Ibarra “Furry” huyó a la Patagonia y se las ingenió para regresar a Cuba y continuar su brillante carrera en la élite del régimen: tras dirigir importantes misiones de Inteligencia en América Latina, África y Europa, fue nombrado Viceministro de las Fuerzas Armadas; luego, Director de la Contrainteligencia Militar y finalmente Ministro del Interior hasta octubre de 2015, año en que presentó su renuncia y pasó a retiro. Actualmente tiene 79 años.

El comandante Piñeiro Losada “Barbarroja” continuó al frente del Departamento América del Comité Central del Partido Comunista hasta 1997, muriendo al año siguiente en un accidente de tráfico.

El cadáver del capitán Peña Torres “Hermes” fue exhumado en 2005 en el cementerio de Orán y enviado a Cuba por Néstor Kirchner a petición de Fidel Castro.

El teniente Juan Alberto Castellanos fue condenado a cuatro de cárcel, pero las autoridades ignoraban su verdadera identidad porque utilizaba documentación robada a un universitario peruano. En 1968 fue puesto en libertad y expulsado del país. Posteriormente combatió varios años en Angola hasta alcanzar el grado de Coronel, tras lo cual fue destinado a Nicaragua como asesor militar.

El capitán José María Martínez Tamayo “Papi”, regresó a Bolivia en 1966 para preparar la llegada del “Che” y su tropa. Murió en combate el 30 de julio de 1967.

Ciro Bustos huyó a Uruguay. En 1966 se unió a la guerrilla del “Che” en Bolivia hasta que fue detenido y condenado a 30 años de prisión. Amnistiado en 1970, se radicó en Mendoza, pero al saber que le buscaba la Triple A se refugió en Suecia como asilado político. Residió allí hasta su muerte en 2017.

Federico Evaristo Méndez “Teniente Federico”, fue condenado a cadena perpetua pero en 1973 quedó en libertad por la Amnistía de Cámpora, tras lo cual ingresó en la banda terrorista Fuerzas Armadas Peronistas (FAP).

“Tania” viajó a La Habana siguiendo la ruta de Praga y en 1965 acompañó al “Che” en su esperpéntica aventura congoleña. En 1966 regresó a La Paz (con pasaporte argentino a nombre de “Laura Gutierrez Bauer”) para participar en el tercer y definitivo fracaso de Guevara. Con una audacia que demostraba sus notables cualidades para el espionaje, contrajo matrimonio con un estudiante boliviano para tener mejor cobertura y se dedicó a dar clases de idiomas en sus domicilios a niños de la alta sociedad, lo que le permitió acceder nada menos que a las casas de los presidentes René Barrientos y Alfredo Ovando. Murió el 31 de agosto de 1967 durante un combate con tropas del Ejército.

El “Che” Guevara fue capturado y ejecutado el 9 de octubre de 1967.
Su guerrilla en Bolivia (junto al río Ñancahuazú, Dpto. de Santa Cruz), tenía el mismo objetivo estratégico del EGP: establecer una zona liberada que abarcara el sur boliviano, el norte salteño y el noroeste tucumano. Una vez consolidada esa franja argentina, intentaría extenderla hacia Formosa y el Chaco paraguayo. La diferencia entre su guerrilla del EGP y la boliviana de 1967, fue que la primera debía iniciarse en Argentina y expandirse a Bolivia, mientras que en la segunda (debido al fracaso de Masetti) decidió invertir el orden. Como es sabido, fue abandonado a su suerte por un Partido Comunista boliviano humillado por esa “guerrilla extranjera” implantada en su país sin su conocimiento; y por Fidel Castro, que en un momento dado retiró de La Paz al oficial de enlace que se ocupaba de las comunicaciones con La Habana (el ya mencionado capitán Martínez Tamayo “Papi”).

Ambas experiencias del “Che” Guevara (a las que en 1965 añadió el desastroso intento de intervenir con una guerrilla cubana en la guerra civil de El Congo), demostraron el fracaso de su simplista, dogmática y voluntarista teoría foquista extrapolada automáticamente de la singular e irrepetible experiencia cubana. Un fracaso que, incomprensiblemente, fue silenciado por las izquierdas que después se lanzaron a iniciar guerrillas rurales y urbanas ignorando las “condiciones objetivas” y las advertencias de Lenin sobre el izquierdismo: enfermedad infantil del comunismo. En la guerra revolucionaria que ensangrentó Argentina en la década 1970, las trágicas consecuencias para los propios guerrilleros-terroristas, sus víctimas civiles y las fuerzas del Estado, alcanzarían espantosas cifras de muertos.

Este ha sido, al igual que en todos los países latinoamericanos que tuvieron guerrillas y terrorismo castro-guevarista contra el Estado y la población civil, el siniestro legado del inepto, narcisista y paranoico “Comandante de América” que la izquierda argentina sigue teniendo como referente mitológico sin el menor atisbo de autocrítica política y revisión histórica, y sin pedir perdón por haber sido mercenaria de la Cuba castrista que entre 1963-1977 agredió, desestabilizó y ensangrentó a su nación.

Por último, también debe incluirse en este balance la incomprensible tolerancia de todos los gobiernos argentinos con las sistemáticas agresiones subversivas cometidas por la Cuba castrista contra la República, a pesar de que durante la VIII Reunión de la OEA convocada a petición de Colombia (Punta del Este, enero de 1962, presidencia de Frondizi), había sido expulsada del Tratado Interamericano de Asistencia (militar) Recíproca.

Y a pesar también, de que durante la IX Reunión (21 julio de 1964; el mismo día de la explosión en la calle Posadas) celebrada en Washington a petición de Venezuela y donde incluso se mencionó "el legítimo derecho de responder con la fuerza armada a las agresiones e intervenciones de Cuba", el gobierno de Illia votara a favor de su expulsión y ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales.

En 1973, el gobierno pro-montonero de Héctor Cámpora restablecería unilateralmente esas relaciones, que la desconcertante dictadura militar de El Proceso mantuvo vigentes mientras aniquilaba las organizaciones terroristas que seguían operando para la estrategia cubana.


NOTAS

1
Como ocurrió con las “madres de todas las revoluciones” (la Francesa de 1789 y la Rusa de 1917), es ya un axioma, que un régimen revolucionario sea atacado por coaliciones militares de otros países para reimplantar en el Poder al régimen depuesto. Es decir, que en estos casos, en los que emerge un régimen enemigo del sistema que conforma el Status Quo continental (o mundial), esos regímenes se ven obligados a iniciar una guerra defensiva y ofensiva. La Francia revolucionaria burguesa fue invadida por los ejércitos de Austria, Prusia y España para restauran la monarquía de Luis XVI; y los nuevos gobernantes revolucionarios, tras derrotarlos, respondieron con una guerra ofensiva por toda Europa para “exportar” su revolución.

Asimismo, el nuevo régimen bolchevique de 1917 fue inmediatamente atacado por los ejércitos blancos del almirante Kolchak, del general Denikin, del general Yudenich, del teniente general Krasnov, la guerrilla anarquista ucraniana de Néstor Majnó y la poderosa Legión checoslovaca. Todo ello, en el marco de una espantosa guerra civil que duró tres años y finalizó con la victoria del Ejército Rojo creado por Trotsky.

Tal como se demostró en 1961, con el desembarco en la Playa Girón (Bahía Cochinos), de una fuerza militar de opositores cubanos encuadrados por la CIA, la Revolución Cubana no sería una excepción.

2
Ambas partes acordaron:

- Que la mayoría de los países de América Latina tendrán que recorrer un camino no pacífico para alcanzar su liberación.

- La perspectiva socialista de la Revolución latinoamericana.

- La necesidad de coordinar la solidaridad a escala continental y mundial.

- La importancia internacional de la victoria de la Revolución Socialista de Cuba y la ineludible tarea de defenderla.

- Que el deber de un revolucionario es hacer la Revolución.

3
El carácter socialista de la Revolución Cubana fue proclamado oficialmente por Fidel Castro el 16 de abril de 1961 en respuesta a la fracasada invasión anticastrista en Bahía Cochinos. Dado que el Régimen castrista no se dotó de una Constitución socialista hasta 1976, hasta entonces Cuba era consideraba una Democracia Popular.

4
Entre 1954 y 1958 Aleksander Alexeiev fue Primer Secretario de la Embajada de la URSS en Argentina. Entre 1962 y 1968, Embajador en Cuba. Por ser bilingüe ruso-español, durante la Guerra Civil Española había supervisado a los traductores militares rusos.


5
Entrevistado por Guillermo Rojas y publicado en su libro “Años de Terror y Pólvora” p.731

6
-Archivos del autor.
-Ciro Bustos: “El sueño revolucionario del CHE era Argentina”. Ruta: Google/PDF/Archivo Chile.
-Recopilación bibliográfica en el Blog "Diario Pampero"
-Años de Terror y Pólvora”, Guillermo Rojas, Editorial Santiago Apóstol, 2001

7
La Casa de Piedra

8
Carta de Masetti a los campesinos

7 comentarios:

  1. Excelente y muy documentado.No sabía nada de esta increíble agresión a la República.

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  3. José Luis Martínez9 de agosto de 2018, 15:39

    Por lo visto, Argentina conseguiría la "liberación nacional" cuando fuera una colonia soviética asociada a la Cuba castrista. Y esta izquierda mercenaria y apátrida gritaba (y sigue gritando( "Patria sí, Colonia no"

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  4. Felicitaciones. Este Blog es muy importante para que los jóvenes argentinos conozcan la "verdadera" historia de los setenta.

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  5. La historia que la izquierda silencia.

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  6. El material es estremecedor y debería ser enseñado en las escuelas para desmitificar la mentira sobre la figura de terroristas como el Che, y avanzar sobre el accionar y financiamiento de las agrupaciones de izquierda, al margen de evriguar porque el PC argentino en su sede central tiene un polígono de tiro

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