sábado, 19 de marzo de 2011

Silencios y Mentiras del diccionario K

Cristina Fernández de Kirchner. Inauguración Parque de la Memoria



24 de marzo de 1976, Golpe de Estado, Dictadura militar...

Golpe y Dictadura ¡cívico-militar! pues fue reclamado a los militares por todos los partidos políticos, y por la Confederación General del Trabajo y las 62 Organizaciones Gremiales Peronistas. Asimismo, dado el desarrollo paramilitar alcanzado en 1975 por el terrorismo marxista en su guerra revolucionaria (Tucumán, Formosa, Monte Chingolo), y el vacío de poder inherente al esperpéntico gobierno de María Estela Martínez de Perón, la intervención militar fue recibida con alivio por todas las asociaciones de empresarios y profesionales, la Iglesia Católica, la prensa, y hasta por el Partido Comunista que propuso al general Videla formar un gobierno cívico-militar. También por intelectuales de izquierda como Sábato, que almorzó con Borges y el general en la Casa Rosada en fecha tan temprana como mayo del 76; y en 1978 declaró que "la inmensa mayoría de los argentinos rogaba casi por favor que las Fuerzas Armadas tomaran el poder".
http://termidorianos.blogspot.com/2010/03/los-mitos-del-24-de-marzo.html

Represores

¡Por supuesto… faltaba más! Hubiera sido inconcebible que el Estado y sus Fuerzas Armadas no reaccionaran ante aquella situación, cortando de raíz lo que ya era una incipiente guerra civil orientada a la toma del poder para implantar una República Socialista.

Secuestro y asesinato, opositores políticos, luchadores populares...

En absoluto. La represión no se dirigió contra "ciudadanos que a partir del golpe se opusieron a la dictadura militar y a sus políticas neoliberales", como intoxican las ONG's de derechos humanos dirigidas por antiguos terroristas; sino contra el terrorismo marxista decidido a destruir violentamente la tradicional estructura económica, social y política de la nación.

Y no hubo 'secuestros y asesinatos', sino capturas y ejecuciones de terroristas; en el marco de la contraofensiva del Estado iniciada el 6 de octubre de 1975 por orden de un gobierno constitucional, mediante el Decreto Ley 2772 que ordenó a las FF.AA. "aniquilar la subversión". Es decir, fueron operaciones legales (antes y después del 24 de marzo de 1976), contra miembros de fuerzas insurgentes encuadrados en rangos que iban de sargento a comandante en el ERP, y de subteniente a comandante en el Montonero. Y en sus Partidos, de colaborador a miliciano y de colaborador a oficial superior, respectivamente.

Centros clandestinos de detención

Clandestinos, secretos… ¡obviamente! Como no podía ser de otra manera, tratándose de operaciones que debían ser tan clandestinas como las del enemigo. Constituye el colmo de la estupidez, imaginar que éste pudiera conocer la ubicación de tales centros para asaltarlos, liberar a los suyos y asesinar a sus guardianes. Por otra parte, no eran centros de detención, sino de interrogatorios a cargo de oficiales de Inteligencia que procesaban la información obtenida y planificaban nuevas capturas. En una guerra no se 'detiene' a los enemigos, se los captura.

Torturadores

"La tortura es una anécdota. Cualquiera es capaz de torturar en una situación extrema. Si ellos hubieran peleado con el Código (Penal) bajo el brazo, perdían la guerra".

Rodolfo Galimberti.
Capitán del Ejército Montonero. Jefe de la Columna Norte - Buenos Aires

Sería difícil resumir mejor la guerra contrarrevolucionaria argentina. En efecto, desde el punto de vista histórico-militar, torturar al enemigo para obtener información es anecdótico en tanto que inevitable; un elemento más en el catálogo de horrores de toda guerra. Y tratándose de una guerra contra organizaciones subversivas que aterrorizan, secuestran y asesinan a la población civil; poder capturar en pocas horas a otros terroristas para evitar más muertes de inocentes y localizar armas y explosivos legitima el uso de cualquier procedimiento. Así son las guerras: todo o nada; aniquilación total de la fuerza enemiga en el menor tiempo posible y con el menor número de bajas propias.

Repudiar su práctica desde una 'bella conciencia' civil, y en tiempos de paz, sólo puede deberse a la ignorancia de la historia universal o a una hipocresía destinada a tapar silencios cómplices y malas conciencias.

La mala conciencia de la izquierda argentina que nunca condenó el terrorismo de Estado y su uso sistemático de la tortura en las dictaduras comunistas. Con la particularidad de que esos regímenes reprimían, y lo siguen haciendo (Cuba-China) a civiles que reclamaban libertad y democracia; mientras que durante la guerra revolucionaria argentina las fuerzas armadas y policiales se enfrentaron a terroristas alzados en armas contra el Estado (bajo gobiernos dictatoriales y constitucionales) encuadrados en bandas con estructura y armamento paramilitar, y con el objetivo de tomar el poder para implantar su totalitaria Patria Socialista.

Por otra parte, los casos probados de tortura fueron muy pocos, y los testimonios de terroristas sobrevivientes carecen, por razones obvias, de toda credibilidad. En cuanto a las organizaciones de Derechos Humanos, todas ellas fundadas por antiguos terroristas y subvencionadas por los gobiernos Kirchner, silencian que las bandas marxistas torturaban a sus prisioneros en las 'cárceles del pueblo'. Quien lo dude, sólo tiene que leer el informe de la autopsia hecha al coronel Del Valle Larrabure, salvajemente torturado durante 372 días y finalmente estrangulado, por los 'jóvenes idealistas' del ERP.

Campos de concentración y exterminio

Con esta metáfora se pretende homologar los CCD con los campos de exterminio nazis. Pilar Calveiro, terrorista montonera colaboradora del Servicio de Información Naval que la liberó de la ESMA y le compró un billete para Madrid, luego escribió un librito -con prólogo de Juan Gelman- desde una metáfora Auschwitz que se plasmó en esas insólitas y delictivas apologías del terrorismo contra el Estado que son el Museo de la ESMA y el Parque de la Memoria. Únicas justificaciones estatales al terrorismo marxista existentes en el mundo, co-financiadas por el Poder Ejecutivo e inauguradas por el presidente Néstor Kirchner.

La metáfora de Lagers y de una Nacht und Nebel argentina es sencillamente fantástica. No hubo 'campos', ni de concentración ni de exterminio.

Patotas

Otra metáfora, destinada a criminalizar las instituciones militares y policiales llamándolas 'asociaciones ilícitas'. Los efectivos de los Grupos de Tareas no eran ni matones ni sicarios, sino funcionarios del Estado. Que encuadraran a unos pocos civiles ultraderechistas no desmiente lo anterior.

Desaparecidos

La desaparición de los cadáveres de los terroristas ejecutados constituía la última fase del programa operativo, y por lo tanto, formaba parte de su secretismo y ocultación general. Esta palabra fue acuñada por la izquierda para combinarla con la de 'opositores políticos'.

Genocidio

Slogan vinculado a la metáfora-Auschwitz. Obviamente no existió tal cosa, pues genocidio significa exterminar etnias raciales, religiosas y culturales. También toda una clase social: revoluciones francesa, rusa y china. O los bombardeos de ciudades por parte de los Aliados durante la segunda guerra mundial, que en Hamburgo, Dresde, Berlín, Hiroshima y Nagasaki masacraron 300.000 civiles, más 600.000 con bombas convencionales en otras ciudades japonesas. La palabra genocidio, por lo tanto, es esencialmente aritmética, nombra exterminios en masa de civiles. Entre 1976 y 1978 inclusives (luego hubo pocos casos), y según la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia de los gobiernos izquierdistas Kirchner, en Argentina hubo 6.000 terroristas desaparecidos. La cifra corresponde a las denuncias por desaparición forzada de personas presentadas por sus familiares para obtener una indemnización de 250.000 Dólares.

Y se trata de una lista ya de por sí plagada de manipulaciones y estafas: incluye a personas asesinadas por razones políticas desde el año ¡1955! A terroristas de los 70' que murieron en combate y sus cadáveres fueron entregados a la familia (Fernando Abal Medina, Raúl Yaguer, los caídos en ataques a cuarteles del Ejército, en los montes de Tucumán, etc.), es decir, que no están 'desaparecidos'; a fusilados por traidores: Haymal, Rainier y otros; e incluso a algunos que veinticinco años después aparecieron en Israel y México. También figuraron durante años en las listas, nada menos que el fiscal general del Estado Esteban Righi, la jueza de la Corte Suprema Carmen Argibay Molina, y el juez (tres notables coincidencias profesionales) Alfredo Humberto Meade. Se ignora si cobraron la indemnización.

Como la lista oficial y definitiva de 6.000 casos dejó en ridiculo el mito de los famosos 30.000, las ONG's de derechos humanos han añadido al Muro del Parque otros 3.000 nombres de denuncias no acreditadas que sacaron de la chapucera lista confeccionada por la CONADEP en 1984; en la que se incluyeron nombres y apellidos sin número de documento de identidad, y con apodos como Bety, Cacho o la Negra. Así construye su Memoria, Verdad y Justicia la izquierda argentina. Multiplicando por cinco sus rentables muertos de 224.000 USD; y resucitándolos en las Elecciones, como los hijos de la siniestra Bonafini que después de treinta años siguen dados de alta en el Padrón Electoral.
http://termidorianos.blogspot.com/2009/12/desaparecidos-dolores-y-dolares.html

Delitos de Lesa Humanidad

Esta es la mayor estafa jurídica cometida por la izquierda filoterrorista y los dos gobiernos Kirchner. Elaborada por el antiguo abogado defensor de terroristas y actual procurador general de la Nación, Esteban Righi, el mismo que en 1973, siendo ministro del Interior del gobierno montonero presidido por Héctor Cámpora, sacó de las cárceles a 1.100 terroristas juzgados con todas las garantías procesales. El texto conocido como Estatuto de Roma, sobre el que se fundó la Corte Penal Internacional, dice en su artículo 7.2.a que deben ser calificados como de lesa humanidad (no prescriptibles) los ataques y crímenes contra la población civil cometidos por el Estado. Por lo tanto, los actuales juicios a militares y policías son de una manifiesta ilegalidad nacional e internacional.

Si las actuaciones de las fuerzas armadas y policiales del Estado en el curso de la contraofensiva hubieran sido delictivas, no podrían ser tifipicadas como crímenes de lesa humanidad, por cuanto no atacaron a la población civil, sino justamente lo contrario: a los terroristas marxistas que atacaban a la población civil desafecta: esos 209 sindicalistas, políticos, periodistas, catedráticos, empresarios, etc., asesinados por oponerse al proyecto de una República Socialista con dictadura de partido único.

El civil que ingresa en grupos armados irregulares en guerra contra las fuerzas del Estado, sea como combatiente, o utilizando como tapadera una militancia legal (sindicalismo, activismo estudiantil, etc.) pierde su condición de tal y sólo puede esperar dos cosas: morir en combate o ser ejecutado.
http://termidorianos.blogspot.com/2009/11/la-noche-de-los-lapicesmontoneros.html

Demás está decir, que la Doctrina-Righi ha sido diseñada con el objetivo de hacer efectiva la venganza de los antiguos terroristas y garantizarles su impunidad penal. Y que la 'dictadura militar' no practicó Terrorismo de Estado, sino justamente todo lo contrario: Contraterrorismo de Estado. Por otra parte, la figura 'Terrorismo de Estado' no existe ni el Código Penal argentino ni... en el Estatuto de Roma.


Los 'mantras' citados, demuestran cómo se articula la construcción de la 'memoria histórica' izquierdista. Son las armas semánticas de una guerra de propaganda destinada a confundir a la opinión pública internacional y a los niños y adolescentes argentinos. Persiguen, en definitiva, negar la Historia mediante una perversa inversión de roles; convertir a los terroristas contra el Estado en víctimas de lo que llaman Terrorismo de Estado, y en apóstoles de los derechos humanos. Ocultar que durante la década setenta del siglo XX la izquierda desencadenó una sangrienta guerra revolucionaria contra la sociedad argentina y el Estado; tal como admitió la Causa 13-84 de la Cámara Federal que juzgó y condenó a las Juntas militares que gobernaron a partir del 24 de marzo de 1976.

Jorge Fernández Zicavo

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La histórica sentencia precisó en sus conclusiones:

"Ya ha quedado suficientemente demostrado, al punto de caracterizarlo como un hecho notorio, que ese fenómeno delictivo asoló al país desde la década de 1960, generando un temor cada vez más creciente en la población, al par que una grave preocupación en las autoridades. También está fuera de discusión que a partir de la década de 1970 el terrorismo se agudizó en forma gravísima, lo que se manifestó a través de los métodos empleados por los insurgentes; por su cantidad; por su estructura militar; por su capacidad ofensiva; por su poder de fuego; por los recursos económicos con que contaban provenientes de la comisión de robos, secuestros extorsivos y variada gama de delitos económicos; por su infraestructura operativa y de comunicaciones; la organización celular que adoptaron como modo de lograr la impunidad; por el uso de la sorpresa en los atentados irracionalmente indiscriminados; la capacidad para interceptar medios masivos de comunicación; tomar dependencias policiales y asaltar unidades militares".

"En suma, se tiene por acreditado que la subversión terrorista puso una condición sin la cual los hechos que hoy son objeto de juzgamiento posiblemente no se hubieran producido".

"Además, el Tribunal también admite que esos episodios constituyeron una agresión contra la sociedad argentina y el Estado, emprendida sin derecho, y que éste debía reaccionar para evitar que su crecimiento pusiera en peligro la estabilidad de las instituciones asentadas en una filosofía cuya síntesis, imposible de mejorar, se halla expuesta en la Constitución Nacional."

"En consideración a los múltiples antecedentes acopiados en este proceso, especialmente documentación secuestrada, y a las características que asumió el fenómeno terrorista en la República Argentina, cabe concluir que dentro de los criterios clasificatorios que se vienen de expresar, éste se correspondió con el concepto de guerra revolucionaria".

http://www.derechos.org/nizkor/arg/causa13/consid6.html


viernes, 11 de marzo de 2011

11-M en Madrid : ¿Quiénes lo hicieron?



Siete años después del mayor atentado terrorista de la historia de España y de Europa (191 muertos y 1.400 heridos) los españoles siguen sin saber quienes fueron sus autores intelectuales y materiales.

La mitad de la población considera que la versión oficial resulta inverosímil, y algunos van más allá: sostienen que el atentado fue la operación central de un golpe de Estado destinado a impedir la tercera victoria electoral consecutiva del liberal-conservador Partido Popular.

Ofrecemos dos artículos del prestigioso periodista Luis del Pino, que tras siete años de investigaciones y dos libros publicados es una autoridad en la materia.

'21 preguntas sin respuesta'
Libertad Digital 10.03.2010
http://www.libertaddigital.com/nacional/seis-anos-despues-que-sabemos-del-11-m-1276386930/


'17 manipulaciones en la investigación'
Libertad Digital 11.03.2011
http://www.libertaddigital.com/nacional/las-mayores-manipulaciones-en-la-investigacion-del-11-m-1276416792 /