sábado, 14 de noviembre de 2009

MONTONEROS: Lápices y Pistolas


María Claudia Falcone



Jorge Fernández Zicavo


(Texto actualizado en septiembre de 2018)

Para ilustrar con un ejemplo paradigmático la corrupción moral que recorre la República Argentina desde que la progresía, las derechas y las instituciones esenciales del Estado se rindieron a la ofensiva mediática de una izquierda decidida a borrar de la Historia sus crímenes, se podría seleccionar por su especial carga de cinismo y manipulación el caso conocido como 'La Noche de los Lápices'.

La versión -ridícula e inverosímil- de que un Estado inmerso en una guerra contraterrorista ejecutara en 1976 a unos adolescentes por reclamar billetes de autobús gratuitos para estudiantes, ocultaba la verdadera causa por la que fueron capturados: su militancia en la Unión de Estudiantes Secundarios, un 'ámbito' de la Juventud Peronista montonera. En cuanto a las movilizaciones por el billete gratuito en la ciudad de La Plata que la leyenda establece como factor detonante, habían ocurrido... un año antes de la famosa noche.

Y esta primera aclaración nos sitúa en lo fundamental. Como todo aparato de una organización político-militar la UES funcionaba simultáneamente en dos niveles: en el político de superficie como grupo estudiantil y en el militar clandestino como milicias del Ejército Montonero. Los milicianos cumplían tareas de recogida de datos para Inteligencia tales como horarios y trayectos de 'objetivos' a ejecutar (asesinar), realizaban acciones de distracción en las operaciones militares cortando rutas con barricadas, escondían armas en sus casas, actuaban como correos, etc.
Y si era preciso matar, mataban; como ocurrió en el caso del dirigente sindical peronista Rogelio Coria y en el del general Cesáreo Cardozo, Jefe de la Policía Federal, asesinado por la miliciana de 17 años Ana María González.



Emilce Moler, una de las milicianas montoneras detenidas en 'La noche de los lápices' reconoció esta "doble militancia" estudiantil-terrorista:

"La militancia de la UES en aquellos años ni se nombraba, nadie quería decirlo, no se podía ni hablar de eso. Pocos compañeros habían asumido su militancia estudiantil o en organizaciones comprometidas con la lucha armada".

También el ERP utilizaba a sus Juventudes Guevaristas como fuentes de reclutamiento (coparon decenas de colegios para leer proclamas e izar su bandera), y como milicias. Entre sus muertos en el combate de Monte Chingolo hubo tres miembros de las JJ.GG. Tener en cuenta el factor de la doble militancia (doble vida) es fundamental para cualquier análisis de las organizaciones terroristas; es el ABC de sus estructuras.

Por si alguien tuviera dudas al respecto reproducimos el siguiente documento emitido por la Conducción Nacional de Montoneros en 1978, desde su 'exilio' en Roma.

Resolución 001/78: (tras ordenar el uso obligatorio del uniforme montonero en las reuniones y en las acciones militares, y hacer algunas consideraciones políticas, la resolución concluye):

“Todos los miembros del Partido Montonero son a la vez, mientras permanezca esta situación de guerra, integrantes del Ejercito Montonero u Oficiales de las Milicias Montoneras.”

(E. Anguita y M.Caparros, La Voluntad, Tomo III, Pág. 366, Bs. As, 1998)

En cuanto a María Claudia Falcone (jerarquía: 'aspirante') principal protagonista de 'La Noche de los Lápices', ha quedado definitivamente acreditado desde 2002 por su hermano Jorge, oficial montonero y director de la publicación Evita Montonera, que era la 'responsable' de la UES en la Escuela Superior de Bellas Artes y de todos los otros Colegios Secundarios de la ciudad; que en la casa de su tía abuela donde fue capturada guardaba un arsenal; que en la cisterna del baño el Grupo de Tareas de las fuerzas del Estado encontró varias pistolas y granadas envueltas en bolsas de plástico; y que los militantes de la UES no eran unos 'perejiles' sino que tenían formación política y militar: "La gente que tenía conducción en un colegio secundario no se chupaba el dedo. Tenía práctica política y militar". Es importante informar al lector que, si era la 'responsable' de la UES en La Plata, según el organigrama de Montoneros era jefa de las Milicias de la Columna Sur.

Para leer este testimonio de Jorge Falcone:
Montoneros soldados de Menem. ¿Soldados de Duhalde?
Autora: Viviana Gorbatto. 1999, Sudamericana. Entrevista.

Y también
el texto que leyó el 25 de abril de 2002 en la Universidad Popular de Madres de Plaza de Mayo-Bonafini durante la presentación de su libro Memorial de guerralarga.

A la presentación del libro asistieron los siguientes montoneros: su suegra y presidenta de las "Abuelas de Plaza de Mayo" Estela Carlotto, su madre Nelva Alicia Méndez de Falcone, Roberto Baschetti, Félix Pigna, Martín García, Gabriel Fernández, Bernardo Alberte, Gonzalo Chávez, Eduardo Gurrucharri, Juan Carlos Manoukian, Lissy Lettner y Jorge Omar Lewinger, ex miembro del sector 8 del ELN y Oficial del Ejército Montonero; su hermano Arturo Marcos, muerto al asaltar una comisaría, era Oficial Superior y miembro de la Conducción Nacional.

Es de mencionar, que entre el 14 de enero y el 27 de febrero de 1978 Nelva Alicia Méndez de Falcone había sido estado detenida por la Policía Federal para establecer su grado de vinculación a Montoneros. Al respecto, declaró en la Causa 13/84 (caso 257) que había sido torturada en el Centro de Detención 'el Banco', pero sin aportar prueba alguna.

No está probado que en ocasión de su cautiverio haya sido sometida a algún mecanismo de tortura. Aún cuando la propia víctima así lo afirma, de las actuaciones no surge prueba alguna que apuntale sus dichos.

Asimismo, en 1989 se la interrogó por su vinculación con el 'Movimiento Todos por la Patria' que copó sangrientamente el Regimiento de Infantería en La Tablada (Causa 231/89 "Abella Juan Carlos/Rebelión", legajo 307); aunque no fue imputada por falta de pruebas concluyentes.

Bien. Pues resulta que la terrorista Claudia Falcone que tenía pistolas y granadas en su casa y era un 'cuadro' de las Milicias y de la UES de La Plata, tiene una calle y varias escuelas a su nombre; y la fecha de su captura ha sido institucionalizada por Ley 10671/95 del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires como Día de los Derechos de los Estudiantes Secundarios.

Una broma macabra, si tenemos en cuenta que durante la guerra revolucionaria los camaradas de la Falcone asesinaron en esa provincia a decenas de civiles y a 165 policías, es decir, a funcionarios de ese Estado provincial. Y que La Plata, ciudad capital de la provincia y sede de su Gobierno, fue particularmente castigada por el terrorismo.

Posteriormente, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sancionó lo mismo para su territorio mediante Decreto 1109, del 12.06.1998; y distintas provincias se fueron sumando a la cruzada filoterrorista disponiendo que no sólo sea un día festivo, sino que los alumnos concurran a los centros escolares para debatir sobre "los Derechos Humanos en la Constitución Nacional y todo lo que se refiera a la convivencia democrática". Valores y Derechos inobjetables de los que no pudieron beneficiarse los centenares de argentinos asesinados por el terrorismo marxista. Estos homenajes se complementan con la consabida proyección del film 'La Noche de los Lápices', inauguración de murales y aulas 'Claudia Falcone', lecturas de poemas a los 'chicos' asesinados por el terrorismo de Estado, etc.

Todo esto forma parte del concepto que articula la propaganda marxista argentina desde que perdió su guerra revolucionaria: justificación y apología del terrorismo de izquierda; repudio moral y castigo penal para el contraterrorismo de Estado.

El relato mítico de 'La Noche de los Lápices' fue formalizado en un libro de María Seoane y Héctor Ruiz Núñez (editado por la montonera Graciela Daleo), quienes, a pesar de las declaraciones de Jorge Falcone siguen sosteniendo con disciplina militante el mito intoxicador del boleto:

"No eran temibles, ni enemigos armados, alfabetizaban en barrios pobres", dice la Seoane con patológica obcecación, silenciando la doble militancia político-militar a la que no podía sustraerse ningún activista de la UES. En su boca los jóvenes milicianos se convierten en boys scouts, o en esos pintorescos proselitistas evangélicos que alfabetizan en las villas miserias.

Más aún. Aunque parezca increíble, el historiador Osvaldo Bayer ha incluido al terrorista erpiano Pablo Alejandro Díaz entre el grupo de los desaparecidos en 1976 junto con la Falcone; omitiendo que su captura fue legalizada mediante prisión hasta 1980, y que en 1989 participó en el ataque del ERP-MTP al Regimiento de Infantería Mecanizada de La Tablada, donde fue hecho prisionero.

Asimismo, el espabilado cantautor canario Rogelio Botanz compuso una canción alegórica y, apuntándose al negocio de la bien subvencionada cultura setentista, en 1986 el cineasta Héctor Olivera llevó la leyenda a la pantalla, superando todo lo imaginable en cuanto a falsedad histórica, manipulación de espectadores adolescentes y desprecio a la inteligencia de los adultos.

Jorge Falcone relató en su entrevista que después del estreno él y Pablo Alejandro Díaz (el 'desaparecido' de Osvaldo Bayer que ahora vive en La Plata), fueron llevados en andas desde el cine hasta el obelisco donde, en un improvisado acto, dijo que de 'perejiles' luchando por un boleto, ni hablar; que su hermana era una militante montonera radicalmente comprometida. Tras lo cual se produjo un pasmoso silencio. Es de suponer que desde entonces sus 'compas' lo considerarán un 'enemigo'.

Tuvo suerte. En otros tiempos lo hubieran fusilado, como hicieron los exiliados en México con algunos disidentes; o como en Rosario en octubre de 1976 cuando arrojaron desde un octavo piso a tres compañeras que querían desertar. Al fin y al cabo, él aprobaba esas ejecuciones:

"Con esas deserciones o delaciones, con esos ex compañeros, y en la medida en que causaran bajas, no me cuesta nada decir que les esperaba la pena capital".

Jorge Falcone, en el documental o "Montoneros, una historia", de Andrés Di Tella.
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EVITA MONTONERA
Nº 8 / Octubre 1975 - Pág. 26
'Hacia la construcción del Ejército Montonero'


"Las milicias están integradas por activistas y militantes que no pertenecen a una estructura militar estable. Su accionar paramilitar corresponde a las necesidades inmediatas de los frentes, o participan junto con otras estructuras -militar o milicianas- en operaciones masivas conducidas por Montoneros".

FIRMENICH
Entrevista. "Argentina país en guerra" Hablan los Montoneros
Cuadernos Políticos, Nº 1, México, editorial ERA - enero-marzo 1977

Durante la entrevista has hecho referencia a los aspectos militares de la lucha. Sabemos que a este respecto, Montoneros tiene un planteamiento bastante definido, en el sentido de construir un Ejército. ¿Dónde y cómo se formará? ¿Cómo se avizora el problema de la toma del poder?

"Nosotros en la Argentina para desarrollar nuestra fuerza partimos de un planteo de fuerza irregular. Lógicamente, al principio eran grupos especiales de combate, después los coordinamos con las milicias, que son grupos más irregulares, bastante irregulares, pero que nosotros le fuimos dando cada vez más formación de tipo militar. Las milicias son estructuras cuyo esqueleto está constituido por militantes de nuestro Partido y de las agrupaciones políticas de nuestro Movimiento".
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Notas sobre el film de Héctor Olivera:

El director, y su co-guionista Daniel Kon, ocultan:

Que María Claudia Falcone y todos los militantes de la UES, eran al mismo tiempo milicianos del Ejército Montonero. Concretamente, la Falcone era la 'responsable' de una Unidad Básica de Logística.

Que María Clara Ciocchini ('oficial segundo') había huido de Bahía Blanca siendo la 'responsable' de la UES y de las Milicias en el colegio Normal. En La Plata se le asignó el mando de una Unidad Básica de Combate.

Que de los 10 estudiantes capturados, cuatro fueron liberados. De estos, María Seoane sólo mencionó a Pablo Díaz, a pesar de saber que Gustavo Calotti reside en Francia, Patricia Miranda en La Plata y Emilce Moler en Mar del Plata. Ésta última denunció en varias entrevistas la manipulación de la que fue objeto por parte de la Seoane y Héctor Olivera.

(17.09.2018: lamentablemente, el enlace sobre Emilce Moler está "roto". Cada tanto, los Servidores de las Webs eliminan viejas Entradas)

De la Argentina del 75 y 76 (¡!), el film no nombra ni una sola vez a las organizaciones terroristas Montoneros, ERP, etc. Ni sus asesinatos, atentados con explosivos y secuestros. Ni la guerrilla en Tucumán, los ataques a unidades del Ejército en Formosa y Monte Chingolo, a la fragata Santísima Trinidad y al Hércules de la Fuerza Aéra, ocurridos en 1975 mientras los "chicos" platenses luchaban por el BES. Tampoco menciona las acciones terroristas de 1976. En resumidas cuentas, los guionistas borraron el gravísimo contexto histórico de una guerra revolucionaria; tanto para ocultar esa realidad a los adolescentes argentinos para quienes diseñaron el film en 1986, como a los espectadores extranjeros. La historia que relata ocurre dentro de una bola de cristal aislada del tiempo y del espacio; un país de las maravillas, como el de Alicia. Y, para colmo, su director tiene el cinismo de explicarnos que: "por razones argumentales, se han introducido algunos cambios que no alteran el espíritu ni la veracidad de lo acontecido".

Los lectores pueden comprobar estas manipulaciones viendo "gratis" el film.
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Cronología de la campaña por el BES, en web: Comisión Provincial por la Memoria.

01.09.1975: La Plata. Rodolfo Mariani presenta un proyecto de ordenanza para instituir el Boleto Estudiantil Secundario en la ciudad. (Desde 1972 existía un decreto 4594 de la Dirección de Transporte del Ministerio de Obras Públicas de la Pcia. de Buenos Aires del 22 de agosto de 1972 que fijaba el Boleto Estudiantil Secundario y que nunca se aplicó en esta ciudad).

04.09.1975: La Coordinadora de Estudiantes Secundarios realiza una asamblea en la Escuela Normal Nº 2 para definir un plan de acción pro–BES. Se resuelve una movilización para el día siguiente.

05.09.1975: Movilización de estudiantes secundarios ante el Ministerio de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires. Cuenta con la presencia de más de 3.000 estudiantes. La marcha es dispersada con gases lacrimógenos y les impiden entregar el petitorio, donde solicitaban un BES de $1 y tarifa plana; es decir, que no haya secciones.

12.09.1975: Decreto municipal instituyendo el BES con un valor único de $2 y tarifa plana para los boletos en general.

13.09.1975: Se firma Decreto 6809 de la Dirección de Transporte del Ministerio de Obras Públicas de la Pcia. de Buenos Aires, donde dispone nuevas tarifas para el BES en La Plata, Berisso y Ensenada.
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jueves, 5 de noviembre de 2009

ARGENTINA 1969-1979 (1)

Jorge Fernández Zicavo

Entrevistado por Websites Papers Network
20.10.2009

A pesar de la complejidad del tema, intentaremos identificar algunas claves de la derrota del proyecto revolucionario de la izquierda argentina durante la década del setenta: derrota que usted inscribe en el fracaso de todas las experiencias revolucionarias ensayadas en América Latina después de la Revolución Cubana. ¿Cómo se gestó ese proyecto y en qué contexto aparecieron las organizaciones armadas argentinas?

La Revolución Cubana conmocionó a la izquierda latinoamericana. Según el "Che", aportaba dos enseñanzas: "un foco insurreccional puede provocar condiciones revolucionarias", y "las fuerzas populares pueden ganar una guerra contra el Ejército". Esta propuesta voluntarista y foquista para la acción revolucionaria desató una pandemia de focos guerrilleros. Cuba se convirtió en el faro de la revolución socialista continental y el "Che" en su estratega.

Pero sus conclusiones eran una mixtificación de los vencedores

1- Militarmente, al Ejército cubano (80.000 hombres, cifra surrealista para una isla, aunque más que Ejército era una Guardia Nacional), no se le ordenó arrasar el pequeño campamento guerrillero inicial.
2- La "guerra" de guerrillas se limitó a emboscar patrullas de reconocimiento para robarles el armamento; sólo la toma de la ciudad de Santa Clara puede calificarse como un combate.
3- Los guerrilleros entraron en La Habana sin resistencia alguna pues el dictador Fulgencio Batista (¡sargento-taquígrafo autoascendido a general tras su segundo golpe de Estado!), había huido a Santo Domingo unas horas antes.

Políticamente, concurrieron dos factores:

1- Batista reprimió duramente al Movimiento "26 de Julio" en las ciudades pero no concedió importancia al pequeño grupo guerrillero aislado en la Sierra Maestra.

2- Estados Unidos tampoco se alarmó, pues el M-26-J estaba dirigido por jóvenes universitarios de familias acomodadas que sólo pretendían restaurar la democracia. Más tarde, cuando la situación comenzó a agravarse optaron por garantizar el status de la isla: paraíso fiscal, playas, turismo sexual y casinos; todo muy cerca y en manos de la Mafia protegida por algunos senadores. Concluyeron que Cuba no podía desestabilizarse por un dictadorzuelo bananero y dieron su O.K. a Castro. Durante su exilio en México la CIA le vigiló por simple rutina, pero pudo comprar armas y el yate Granma sin problemas. Esto consta en sus archivos desclasificados hará unos diez años. Por su parte, la prensa americana "liberal" se rindió al exuberante carisma de Fidel convirtiéndose en altavoz de su propaganda. Nada menos que el prestigioso New York Times publicó siete reportajes (Internet) de su corresponsal Hubert Matthews.

Resumiendo, el triunfo de los guerrilleros fue posible por la desidia de Batista, y por la incomprensible desinformación e ingenuidad de EE.UU.

La CIA no infiltró el M-26-J, se limitó a una rutinaria vigilancia exterior. No estudió rigurosamente las biografías de Fidel y del "Che"; ni la del instructor militar Alberto Bayo, un comunista y oficial (de infantería y aviador) del Ejército español que durante la guerra civil se pasó al Ejército Popular alcanzando el grado de coronel.

Cuando los yankees bajaron del limbo, a la ingenuidad siguió una cadena de despropósitos:

-En 1961 la CIA fue ridiculizada en su invasión de Bahía Cochinos, pues la Inteligencia cubana organizada por la Stasi alemana había infiltrado a los "gusanos" y les estaban esperando.
2-En 1962 un avión fotografió misiles nucleares soviéticos en la isla, que llevaban ¡varios meses ya instalados! Aunque dos años antes (Primera Declaración de La Habana) Fidel había avisado que "aceptaría la oferta soviética de cohetes si EE.UU. invadiera Cuba", el gobierno de Kennedy no ordenó vuelos de reconocimiento.

Pero el caso es que 1969 las izquierdas latinoamericanas seguían estando muy influenciadas por la Revolución Cubana; y en Argentina esta influencia pasó de la teoría a la práctica.

¿Las organizaciones armadas compartían un objetivo común?

Aunque con matices, y los tradicionales recelos de la muy atomizada izquierda argentina, el objetivo estratégico común era implantar un régimen socialista de partido único tras una Guerra Revolucionaria victoriosa. Para el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), la consigna era la cubana ¡Patria o Muerte Venceremos! Para Montoneros, ¡Perón o Muerte!
El ERP (brazo armado del PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) postulaba un socialismo claramente marxista-leninista. Montoneros reivindicaba una ambigua Patria Socialista como fase superadora de la reformista doctrina Justicialista. Otras OPM (Organizaciones Político Militares) más conocidas popularmente como "Orgas", eran la marxistas-leninistas FAL y FAR.

En las FAL (Fuerzas Argentinas de Liberación) se integraban pequeños comandos independientes, la mayoría de los cuales habían abandonado el PCR (Partido Comunista Revolucionario) que a su vez era una escisión del Partido Comunista Argentino. En abril de 1969 el Comando "Cibelli", que sería el germen de las FAL, realizó la primera y espectacular acción militar de todas las "Orgas" al apoderarse de 100 fusiles FAL (sic) tras copar un vivac del Regimiento 1º de Infantería en la Guarnición de Campo de Mayo. Otros comandos muy activos de las FAL fueron el América en Armas, la Brigada Masetti, y el "Zárate" dirigido por Luís María Aguirre (asesinato del subcomisario de la PFA Osvaldo Sandoval, copamiento Cárcel de Mujeres en la Capital Federal), que más tarde, rebautizado como Columna Inti Peredo, ingresaría en el ERP.

Las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), muy vinculadas a la Inteligencia cubana, se fundaron entre finales del 66 y principios del 67 con la finalidad de abrir un campamento en la frontera Salta-Bolivia para formar un Frente Cono Sur con el foco del "Che", si éste se consolidaba. Acabaron integrándose en Montoneros en 1973.

¿Cómo pensaban desarrollar la Guerra Revolucionaria?

La orografía argentina, llana, esteparia, con montes y sierras pero sin selvas ni montañas y con una población mayoritariamente asentada en ciudades (75%) determinó la opción por la guerrilla urbana. Pero dado que la guerra de guerrillas -urbana o rural- está limitada a pequeñas o medianas operaciones tácticas, el objetivo estratégico de aniquilar a las FF.AA. era una fantasía suicida.
En China y Vietnam (sus referentes) se produjeron guerras populares de liberación contra ejércitos extranjeros invasores, y en grandes selvas y cadenas montañosas. En Vietnam (en su primera guerra, contra Francia) las guerrillas comunistas dirigidas por el genial Vo Giap, fueron encuadradas en un Ejército regular por oficiales del Ejército Rojo soviético que les abasteció de buen armamento, incluyendo artillería pesada que resultaría determinante en la célebre batalla final de Dien Bien Phu.

Lógicamente, los líderes guerrilleros argentinos conocían todas estas diferencias, pero se empeñaron en apostar por una guerra revolucionaria urbana sin precedentes en el mundo. Mao y Giap jamás mencionaron tal cosa. Y el "Che", por su parte, (¿intuyendo que alguien podría tener la tentación?) fue categórico: "la guerra revolucionaria sólo puede darse en el campo". Y añadió, por si no estuviera claro: "el guerrillero es, ante todo, un revolucionario agrario".

Por lo tanto, los guerrilleros latinoamericanos cometieron dos graves errores: pretendieron alcanzar objetivos estratégicos con fuerzas tácticas; y sin apoyo popular. Al caso argentino debemos añadir el error del terreno urbano.

Las falacias de la teoría foquista quedaron en evidencia a costa de miles de vidas; todas las guerrillas latinoamericanas fueron aniquiladas; incluida la organizada por el propio "Che":

FALN y Macheteros, en Puerto Rico

MAR y Liga Comunista 23 de Septiembre, en México

MR-13, FAR, EGP y ORPA, en Guatemala

ERP y FMLN, en El Salvador

Cinchoneros, en Honduras

MIR y FALN, en Venezuela

M-19 y EPL, en Colombia *

MR-8 y ALN, en Brasil

ELN ("Che"), en Bolivia

MIR y Sendero Luminoso, en Perú

MIR, en Chile

Tupamaros, en Uruguay

UTURUNCOS, EGP, FAP, FAL, FAR, ERP y Montoneros, en Argentina

*
Las FARC de Colombia son desde hace años narcoguerrillas sin actividad política alguna, y están en una fase terminal.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

ARGENTINA 1969-1979 (2)

Siendo las limitaciones de una guerrilla urbana tan evidentes ¿por qué tomaron tal decisión?

Por la combinación de inmadurez y voluntarismo. Creían que los procesos históricos pueden acelerarse si se contribuye a radicalizar la lucha de clases hasta crear una situación revolucionaria: las famosas condiciones subjetivas. Para ello, resultaba imprescindible provocar que los aparatos armados del Estado reprimieran las luchas obreras y populares en una escala o dimensión mayor que hasta entonces.

Nada nuevo: radicalizar los conflictos y activar la clásica estrategia revolucionaria de acción-reacción-acción que esbozaron los anarquistas rusos del siglo XIX y luego sistematizó Lenin.
Era una opción, una apuesta excitante que no pudieron resistir, pues la realidad social y económica argentina indicaba que no era posible una revolución socialista, ni una socialización moderada como proyectaba entonces Allende si llegaba al gobierno en Chile. Y tampoco contaban las izquierdas (era una constante histórica) con apoyo popular. ¿Qué hacer? Eran revolucionarios, y algunos incluso (Santucho, Quieto, Aguirre) revolucionarios profesionales, fuertemente ideologizados y con amplia experiencia. Pero la mayoría de los terroristas eran muy jóvenes. Al fundarse Montoneros, el mayor -Fernando Abal Medina-tenía 23 años, y Firmenich, 21.

Por estas razones subjetivas primando sobre las objetivas, negaron los datos "pesimistas" de la realidad. Idealizaron la revuelta obrera-estudiantil del Cordobazo (alimentada durante meses por el PRT) concluyendo que les señalaba el camino estratégico adecuado a la indiosincracia argentina. También idealizaron el "17 de Octubre" con masas obreras avanzando hacia la Plaza de Mayo, y las ocupaciones de fábricas de 1964. Partiendo de este tipo de apreciaciones o valoraciones, apostaron por una futura insurrección nacional articulada políticamente por la clase obrera y militarmente por las organizaciones armadas.
Toda esta irracionalidad, esta pulsión irresistible del deseo, explica el disparate intelectual de que, quienes pretendieron pasar a la Historia como los estrategas de la primera guerra revolucionaria urbana, tuvieran como referentes a los estrategas de la guerra revolucionaria rural: Mao, Giap, "Che".
¡Y a Clausewitz!

Ha calificado de suicida la estrategia de los terroristas argentinos. Como sabe, la izquierda rechaza esta interpretación porque supondría responsabilizarles de su propia muerte, exculpando así a los militares.

Bueno... es su tradicional discurso maniqueo y victimista. En cuanto a responsabilidades, también podría plantearse así: los militares asesinaron a terroristas o guerrilleros suicidas. Que, no olvidemos, también eran asesinos.
Resulta evidente que hubo una actitud suicida: "Monte Chingolo", la "batalla de la calle Corro" o la Contraofensiva de montoneros exiliados ordenada por Firmenich. Por no hablar de las pastillas de cianuro.

Cuando se combinan mesianismo marxista y fascinación anarcoide por la violencia no puede esperarse ni racionalidad ni autocrítica. El revolucio-nario no reflexiona, actúa sin detenerse ante nada; por fanatismo ideológico y autoestima. Se considera un guerrero, y como tal ha asumido la probabilidad de morir y la certeza de que matará.

A su manera es un cruzado: de la guerra santa de la Revolución socialista heredera de la Revolución francesa. Robespierre, Saint Just, Lenin y Trotski son sus héroes. El escenario fantaseado: Bastilla y Palacio de Invierno. Más la fascinación del Terror: Nantes, La Vendeé, Termidor, la carnicería bolchevique de Ekaterimburgo. Reyes y capitalistas deben ser exterminados. Marx: "la violencia es la partera de la Historia". Mao: "el Poder nace de la boca del fusil". Perón: "la violencia en manos del pueblo no es violencia, es justicia". Firmenich: "el pueblo ordenó la ejecución de Aramburu".

Si no se consideran los factores históricos e ideológicos que conforman la psicología mesiánica de un revolucionario (el hombre nuevo, etc.) no se entenderá la lógica de sus acciones políticas y militares. Su consigna esencial es "todo o nada". Rechaza mediatizaciones de tiempo y procedimiento; improvisación y voluntad regulan su energía.
Al estudiarlos topamos una y otra vez con el voluntarismo: la voluntad enfrentada al mundo y al tempo de la Historia. No esperarán a que la conciencia de las masas evolucione, pues el revolucionario puede acelerar los procesos históricos: voluntarismo y foquismo. En tiempos de la Comuna de París, Louis Blanqui aplicó esta idea elitista, que más tarde Lenin desarrollaría hasta sus límites.

El megalómano y narcisista "Che" se la apropió, pero la Historia le puso en su lugar. Farsante teórico en Cuba, y pésimo estratega en Bolivia (desde las primeras páginas de su Diario el lector sabe que fracasará). Estremece recordar la sangre derramada en América a causa de este iluminado, que proponía:

"El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. (...) En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, siempre que ése, nuestro grito de guerra, haya llegado hasta un oído receptivo y otra mano se tienda para empuñar nuestras armas, y otros hombres se apresten a entonar los cantos luctuosos con tableteos de ametralladoras y nuevos gritos de guerra y victoria. (...) Y que se desarrolle un verdadero internacionalismo proletario; con ejércitos proletarios internacionales, donde la bandera bajo la que se luche sea la causa sagrada de la redención de la humanidad. Eso significa una guerra larga. Y, lo repetimos una vez más, una guerra cruel. Que nadie se engañe cuando la vaya a iniciar, y que nadie vacile en iniciarla por temor a los resultados que pueda traer para su pueblo. Es casi la única esperanza de victoria".

Mensaje a los Pueblos del Mundo, enviado desde Bolivia a la Conferencia de la OLAS celebrada en La Habana en agosto de 1967. La Conferencia proclamó iniciar la guerra revolucionaria en toda América Latina.

¡Cuánta gente se inmoló "entonando cantos luctuosos con tableteos de ametralladoras" bajo el influjo de este mensaje apocalíptico y criminal que aconsejaba no vacilar por temor a las consecuencias para los pueblos! Entre los 130 terroristas del ERP muertos durante el asalto al cuartel de Monte Chingolo había dos adolescentes de 17 años. En el ERP, el culto al martirio guevarista rozaba lo religioso. Y a este Mesías paranoico, la ultraizquierda argentina le sigue venerando como "comandante de América". Como bien se dice ahora: el comandante de "hasta la derrota siempre".

Retomando lo anterior. También hubo otras razones para que los terroristas de base no revisaran la estrategia: sus dirigentes les ocultaban información para conservar su poder y evitar deserciones. En todas las "orgas" hubo escisiones, y en 1976 la Columna Norte montonera liderada por Galimberti llegó a plantearse la posibilidad de matar a Firmenich.

martes, 3 de noviembre de 2009

ARGENTINA 1969-1979 (3)

La personalidad de los comandantes... sus análisis políticos resultan simplistas y muy retóricos. Cuesta creer que esos dirigentes fueran seguidos por gente en la que había tantos estudiantes universitarios.

Como en toda organización política, la jefatura la ejerce quien logra controlar el aparato. Por regla general suelen ser personas muy simplistas y dogmáticos, pero psicológicamente bien dotadas para el liderazgo. Los documentos de Santucho son catecismos para "creyentes", porque no resisten un análisis crítico, pero las bases no revisaban la "línea" porque todo se supeditaba a la acción. Y a la disciplina.
Sin embargo hubo diferencias. Santucho era -en su delirio- un tipo consecuente con su ideología mesiánica, era "transparente". Y murió en combate. Firmenich en cambio, era y sigue siendo un tipo turbio, harto sospechoso. Su biografía apesta, y huyó con los sesenta millones de dólares del secuestro de los hermanos Born. Asimismo, hubo jefes terroristas como Gorriarán Merlo y Galimberti que luego se convirtieron en mercenarios. De la Inteligencia cubana-sandinista (dirigió el asesinato de Anastasio Somoza) el primero. De los terroristas palestinos de Arafat, la Inteligencia francesa, y finalmente la Cía, el segundo.

¿Por qué el ERP abrió un frente rural en montes de Tucumán?

Porque desde 1974 la Alianza Anticomunista Argentina (AAA) protegida por el gobierno de Perón y luego por el de "Isabel" Perón, los estaban exterminando en Buenos Aires, gracias a una importante infiltración de distintos Servicios. Pero el frente tucumano no sólo era un repliegue táctico, sino también el inicio de una nueva estrategia "integral" destinada a combinar guerrilla urbana y rural. En su delirio, Santucho y su estado mayor pensaban crear brigadas y divisiones (!) guerrilleras en la orografía esteparia de las pampas argentinas. En el desierto, que diría Sarmiento. Hubieran bastado unos pocos helicópteros de combate para liquidarlos.

En su famoso informe al Comité Central, "Poder burgués y Poder revolucionario", fantaseaba con establecer zonas liberadas defendidas por milicias, y fundar un Ejército guerrillero regular. En ese increíble documento califica al Ejército argentino de "enemigo relativamente poderoso", pero a continuación... lo describe como "hábil, bien armado y entrenado, brutal y sanguinario".
Sus oficiales y comisarios políticos del PRT aprobaban estos inconcebibles documentos que luego bajaban a las bases y se publicaban en El Combatiente.
Montoneros también apostó finalmente por este giro estratégico, formando una Compañía de Monte en Tucumán que fue capturada antes de comenzar a operar.

Hablemos de Montoneros

Montoneros fue fundada por jóvenes católicos y nacionalistas de ultraderecha que, tras "descubrir" a Lenin, Mao, y el "Che" de la mano del grupo Cristianismo y Revolución, decidieron fusionar un socialismo "a la cubana", la Teología de la Liberación, y el engendro doctrinal que Perón llamaba Socialismo Nacional. Pretendían heredar el Movimiento peronista tras la muerte del líder, lo que determinó que durante cinco años no operaran contra las Fuerzas Armadas, sino que se dedicaran a asesinar a los dirigentes políticos y sindicales del peronismo ortodoxo para ir despejando el camino.
Nunca consiguieron el apoyo de las masas peronistas que les consideraban unos impostores "infiltrados". Acusación que ratificaría Perón poco antes de comenzar a asesinarlos con su Triple A; fundada y dirigida por su secretario privado López Rega, y por su jefe de seguridad, el ex coronel de Inteligencia, Jorge Osinde.

Cuarenta años después, Montoneros continúa bajo la sospecha de haber sido un grupo instrumentalizado desde el principio por el SIE en una pragmática colaboración iniciada con el secuestro y asesinato del teniente general Aramburu. Algunas fuentes importantes, como la embajada norteamericana en Buenos Aires, estaban convencidas en aquellos años de que Firmenich era un agente del SIE. Quien sí lo era, fue Rodolfo Galimberti, reclutado en su adolescencia por los hermanos Trimarco, entonces tíos de su esposa Mónica, y coroneles de Inteligencia.
Tras la posterior incorporación de las FAR, Firmenich sufrió una segunda metamorfosis que le llevó a declararse (en privado, claro), marxista-leninista.

¿Qué fuerza militar alcanzaron estas organizaciones?

Se calcula que Montoneros llegó a tener unos 5.000 miembros: los "jetones" que daban la cara en la rama política de superficie (Juventud Peronista); y los "oscuros", combatientes clandestinos dedicados al accionar armado. Pero esta división era teórica, pues la militancia era polivalente según las necesidades. Así, la "jetona" de 17 años, Ana María González, asesinó nada menos que al jefe de la Policía Federal, general Cardozo; y otros dos adolescentes milicianos de la JP asesinaron al sindicalista Rogelio Coria.
Logísticamente montaron un laboratorio donde fabricaban explosivo plástico C4, (luego montaron otro en el Líbano, para Al-Fatah de Arafat); y compraron a Gaddafi lanzagranadas soviéticos RPG-7. Acumularon muchísimo dinero con secuestros: 80 millones de dólares a finales de 1975.

En cuanto al ERP, tenía menos militantes que Montoneros pero militarmente estaban mejor entrenados. En Tucumán operaron 200 guerrilleros armados con morteros, lanzagranadas y ametralladoras pesadas, más una reserva de 100 en la capital. El Ejército tardó 14 meses en aniquilarlos, demostrando que su preparación en contrainsurgencia era manifiestamente mediocre; pura y mal estudiada teoría.
Entre 1970-1975 atacaron siete cuarteles gracias a soldados conscriptos-militantes que les facilitaron la entrada. De tres, se llevaron un total de setecientas armas. En Azul combatieron durante dos horas en el interior de la Guarnición hasta conseguir coparla, y la retuvieron en su poder varias horas más. De los 88 jefes y oficiales de las Fuerzas Armadas asesinados en esos años, prácticamente todos lo fueron a manos del ERP.
Montoneros, conviene repetirlo, no operó contra las FF.AA. durante sus primeros cinco años.

lunes, 2 de noviembre de 2009

ARGENTINA 1969-1979 (4)

Comparte usted un enfoque o análisis histórico que la izquierda argentina se resiste a asumir: que aquellos terroristas fueron los únicos responsables de su destino pues decidieron incorporarse a una guerra revolucionaria aceptando sus consecuencias.

Responsabilidad. Es la clave de esta historia. Max Weber propuso dos opciones éticas: una moral de los principios (en su nombre todo me está permitido), o una moral de la responsabilidad (yo soy responsable de las consecuencias de mis actos). Quienes optaron por la lucha armada no se hacían ilusiones sobre lo que les esperaba. Hablamos de Argentina, con un Ejército tradicionalmente muy antiperonista y anticomunista, y que estaba preparado para la guerra revolucionaria; si bien, "rural". En 1946 el Pentágono fundó la Escuela de las Américas en la zona del canal de Panamá, para formar a oficiales latinoamericanos en la Doctrina de la Seguridad Nacional. Algo que no era secreto: en 1962 Fidel lo denunció en la Segunda Declaración de La Habana.

Respecto a la guerra contrarrevolucionaria urbana, fue aplicada por primera vez en Argelia por los paracaidistas franceses del coronel Massau; asunto llevado al cine con "La Batalla de Argel", que se convertiría en un "film de culto" para terroristas y contraterroristas. Entre 1954 y 1958 ciento sesenta oficiales argentinos asistieron a cursos en la Escuela Superior de Guerra de Francia y algunos de ellos, como los futuros generales Osiris Villegas y López Aufranc, participaron como observadores en Argelia. Asimismo, entre 1957 y 1962 cuatro tenientes coroneles franceses impartieron cursos en la Escuela Superior de Guerra de Argentina. En 1962 el coronel Osiris Villegas publicó Guerra Revolucionaria Comunista; un manual para jóvenes oficiales basado en sus lecturas de Marx, Lenin, Stalin, Trotski y Mao. El general Acdel Vilas que aniquiló al ERP en Tucumán aplicando la doctrina francesa, tenía como libro de cabecera "Guerra, Subversión, Revolución" del coronel Roger Trinquier.

Esta conexión argentina-francesa salió a la luz en 1983 gracias al documental de la periodista Marie-Monique Robin, "Los escuadrones de la muerte. La escuela francesa", donde entrevista a los generales López Aufranc, Díaz Bessone, Harguindeguy y Bignone; y a los marinos Urien, y "tigre" Acosta. Hubo amplia información sobre ello en el Diario Página/12.

Sin embargo, conociendo la existencia de la Escuela de las Américas, la denuncia de Fidel, y el librito de Villegas que circuló en librerías, algunos dirigentes de la izquierda decidieron iniciar la guerra revolucionaria. Apostaron por una guerra terrorista contra el Estado y éste les aniquiló.
Pero la actual izquierda argentina se resiste a la autocrítica, se aferra al confortable esquema de víctimas y verdugos, sin asumir responsabilidad histórica alguna. Con tanta amnesia y desmemoria histórica, resultará que en los setenta hubo guerrillas pero no guerrilleros. Les llaman "militantes populares", pero en las listas de desaparecidos nunca se menciona la organización donde ejercían esa "militancia", sólo la actividad: estudiante, obrero, abogado, etc. A este paso, dirán que en Bolivia el ejército no mató al guerrillero "Che", sino al médico Ernesto Guevara; y que el Ejército argentino mató al contador público Mario Roberto Santucho. Sonados ejemplos de esta manipulación son los de Rodolfo Walsh, el jefe del Servicio de Información Montonero que diseñaba todas las operaciones y atentados, y que figura en las listas como "periodista"; y del "poeta" Paco Urondo.

El blanqueo semántico de aquella izquierda terrorista es sistemático; una campaña orwelliana para reescribir la Historia a su medida, tal como los historiadores marxistas obedientes a la Komintern soviética hicieron con la guerra civil española.
Incluso se ha hecho una película elegíaca sobre Norma Arrostito, donde se la presenta como "ejemplo de una vida entregada a la militancia popular". La Arrostito era una terrorista profesional de primera fila. En 1967 participó en la Conferencia de la OLAS en La Habana, destinada a desencadenar la guerra revolucionaria en América Latina; y regresó a la isla en 1968 con su pareja Fernando Abal Medina para recibir entrenamiento militar ("fueron por la cosa de las armas", dijo el director del film). En 1970 ambos formaron parte del grupo fundador de Montoneros y participaron en el secuestro y asesinato del general Aramburu. Como John W. Cooke y Rodolfo Walsh, la Arrostito operaba para el Departamento América de la Inteligencia cubana.

Sólo en la Argentina del gobierno montonero presidido por los Kirchner, uno de cuyos ministros asesinó a civiles inocentes en un atentado con explosivos, es posible que el Estado subvencione una apología cinematográfica del asesinato político bajo la coartada de la "militancia popular". En la Unión Europea tal cosa resulta impensable porque la apología del terrorismo está tipificada como delito en el Código Penal.
También se hizo la película sobre "La noche de los lápices", y ahora sabemos que de los diez adolescentes que según la propaganda fueron asesinados por reclamar el BES (billetes de autobus para escolares), cuatro fueron liberados y están tan vivos como callados y dejando que la leyenda siga vigente. Y que la famosa María Claudia Falcone no fue secuestrada por la estúpida historia del billete, sino que era la "responsable" de la JP-UES de la ciudad de La Plata (por lo tanto, jefa de la Milicia de la Columna Sur del Ejército Montonero), y en su casa guardaba un arsenal de armas, municiones y explosivos de la UES. Esto lo ha confirmado alguien tan poco sospechoso como su hermano Jorge "Chiqui" Falcone, oficial de Inteligencia de Montoneros. Tardó 31 años en decidirse a terminar con la farsa urdida por la periodista María Seoane en su libro sobre el asunto.

domingo, 1 de noviembre de 2009

ARGENTINA 1969-1979 (5)

Vayamos concluyendo.

Los hechos:

- Tras el asesinato del secretario general de la CGT y de la Unión Obrera Metalúrgica, Ignacio Rucci (25.09.1973), ordenado por la Conducción Nacional de Montoneros, el Presidente Perón puso al Movimiento Peronista en pie de guerra contra la subversión armada en general, y contra la infiltración de los montoneros en el Movimiento. En el documento, que poco después se hizo público, ordenó a todos los militantes políticos y sindicales que colaboraran activamente con las fuerzas de seguridad y dispuso que el Movimiento se dotara de un servicio de información. Acto seguido, nombró al comisario Alberto Villar subjefe de la Policía Federal, y tras la entrada en escena de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) le nombró jefe de la fuerza.

- Posteriormente, a consecuencia del salvaje ataque llevado a cabo por el ERP contra la Guarnición del Ejército en Azul el 19.02.1974, llamó públicamente (a todo el pueblo argentino mediante mensaje radio-televisado, y a las Fuerzas Armadas mediante un radiograma), a "aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal... exterminar a estos psicópatas uno a uno"; y al día siguiente expulsó del Movimiento a los diputados de la Juventud Peronista montonera y les exigió que renunciaran como tales.

- El 6 de noviembre de 1974 el gobierno presidido por "Isabel" Perón decretó el Estado de Sitio, y el 5 de febrero de 1975 ordenó al Ejército mediante Decreto 261/75, iniciar el Operativo Independencia para "aniquilar la subversión (ERP) en la provincia de Tucumán".
Doce días después, el ERP respondió con un comunicado: "Estamos desarrollando una guerra civil concentrando los principales recursos hacia la lucha militar, y encarando el enfrentamiento con criterio de aniquilamiento".

- El 6 de septiembre de 1975 ese gobierno decretó la ilegalización de Montoneros por el delito de Sedición, y el 6 de octubre, tras el sangriento ataque de Montoneros a un cuartel en Formosa el día anterior, el presidente interino del gobierno -por licencia médica de la presidenta- y presidente del Senado, Italo Argentino Luder, firmó los decretos 2770, 2771 y 2772 creando el Consejo de Seguridad Interior integrado por el presidente y los comandantes en jefe del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, que se encargaría de "aniquilar la subversión en todo el territorio nacional".

El 23 de diciembre de 1975 el ERP llevó a cabo su séptimo y más espectacular ataque a unidades del Ejército, lanzando 130 combatientes contra el Batallón de Arsenales 601º en Monte Chingolo, provincia de Buenos Aires. Una ambiciosa operación que en total movilizó entre 230 y 250 efectivos. El ataque acabó en un desastre de tales proporciones que supuso el fin del ERP.

Pero la subversión continuaba activa, aunque ya no con operaciones paramilitares sino mediante una oleada de atentados terroristas con explosivos:

El 17 de febrero de 1976 el gobierno decretó restringir el derecho de Habeas Corpus y de expatriación, bajo el Estado de Sitio.

El 12 de marzo el ¡Partido Comunista! propuso públicamente que se formara un gobierno cívico-militar, y todos los partidos pedían lo mismo... en el Congreso.

El 15 de marzo el Ministro del Interior informó que había 1.500 subversivos encarcelados a disposición del Poder Ejecutivo.

El 19 de marzo el gobierno anunció que enviaría al Congreso un nuevo proyecto de ley que incluiría la pena de muerte por imposición del Código Militar.

- Posteriormente, a partir del golpe de Estado del 24.03.1976, las Fuerzas Armadas, continuando las operaciones ordenadas por esos decretos del anterior Poder Ejecutivo, procedieron a capturar y ejecutar sumariamente a unos 6.000 o 7.000 terroristas. Probablemente, nunca se sabrá la cifra exacta, pero el Ministerio de Justicia del gobierno presidido por Néstor Kirchner computó para el pago de indemnizaciones a sus familiares, 5.992 casos debidamente acreditados.
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La represión contraterrorista ("monstruosa por ser de Estado", alegan las izquierdas para minimizar su terrorismo contra el Estado), comenzó después de siete años de una guerra revolucionaria en la que las izquierdas armadas asesinaron o dieron muerte en combate a 157 jefes, oficiales, suboficiales y soldados de las FF.AA. De la Policía Federal murieron 123 oficiales, suboficiales y agentes. De la Policía de la Provincia de Buenos Aires un total de 194 efectivos. El resto de Policías provinciales y Gendarmería tuvieron 134 muertos. Lo cual arroja una cifra de 608 efectivos militares y policiales muertos. Los civiles asesinados en atentados fueron 208 (sindicalistas, empresarios, etc.) incluidos 4 niños, y 3 esposas de militares. Un total, pues, de 816 argentinos muertos a manos de los terroristas. Las cifras de bajas militares y policiales se dan prácticamente por definitivas; no así las de los civiles, pues resultan más difíciles de computar al no existir canales para centralizar la recogida de datos.

El Estado burgués-capitalista que la izquierda amenazó destruir para implantar un Estado obrero-socialista bajo una dictadura de Partido único (resumido en la consigna "la Patria Socialista"), respondió a la guerra sucia terrorista con su guerra sucia contraterrorista. Porque el terror lo ejercieron unos y otros. Pero unos primero, y contra el Estado y la población civil; dato esencial para cualquier análisis.

Las ejecuciones de prisioneros cometidas por el contraterrorismo militar en el marco de la guerra, no legitiman ni disminuyen el horror de los asesinatos cometidos por el terrorismo civil. Y quienes al grito de ¡Patria o Muerte! y ¡Perón o Muerte! iniciaron la guerra revolucionaria desde organizaciones paramilitares llamadas "ejército revolucionario" y "fuerzas armadas", no podían esperar clemencia si eran capturados por las Fuerzas Armadas del Estado. Lo sabían, conocían las reglas de la guerra.

Y debe señalarse que en aquella guerra entre aparatos, el pueblo fue un simple espectador. La experimentada clase obrera argentina no secundó a los terroristas de clase media que aspiraban a ser su vanguardia armada. Y, ya en democracia, siguieron votando a la "derecha" peronista en elecciones presidenciales, provinciales, municipales y sindicales.

Una última cuestión. En nuestra conversación anterior a la entrevista, usted criticó a los familiares de desaparecidos que esconden su pasado terrorista.

En treinta años, los familiares no han asumido la evidencia de que sus seres queridos optaron por conquistar el poder mediante la guerra revolucionaria contra las FF.AA. y policiales. Y contra sindicalistas peronistas ortodoxos, empresarios, ejecutivos de multinacionales, católicos, periodistas, abogados, intelectuales y políticos de derechas. "Enemigos de la clase obrera merecedores de la justicia popular" que ellos aplicarían en nombre de la Historia. Desde esa omnipotencia enloquecida alentada por el "Che", se convirtieron en ángeles exterminadores y desataron la segunda guerra civil de la historia argentina.

En cuanto a "víctimas inocentes", sólo lo fueron aquellas personas no vinculadas a las organizaciones armadas y que por diversas razones quedaron atrapadas en la telaraña de la lucha contraterrorista.
Pero los miembros de esas organizaciones no fueron "víctimas", sino soldados voluntarios de un ejército que resultó derrotado en una guerra por ellos iniciada.

Y no existieron dos clases de militantes. Quien ingresa en una organización "político-militar" es un terrorista, cualquiera sea la tarea o "frente de lucha" que le asignen. La militancia era polivalente o intercambiable: según las necesidades, el "activista sindical" podía pasar a ser un "combatiente" y viceversa. Por citar un ejemplo entre miles, de esta "doble vida" entre lo "político-legal" y lo "militar-clandestino", recordemos el caso ya mencionado de Claudia Falcone; o de los "periodistas" Horacio Verbitsky y Raul Walsh, los "poetas" Juan Gelman y Francisco Urondo, etc.

Por lo tanto, no es admisible que un familiar sostenga -con astucia y mala fe- que su hija desaparecida no era terrorista montonera sino... "militante de la JP que alfabetizaba a los niños de las villas". Si se aceptara tal irracional argumento, los miembros de las voluntarias SS que personalmente no introdujeron judíos en la cámara de gas porque estaban de guardia en el exterior de los campos o en tareas de intendencia, no tendrían responsabilidad alguna en el Holocausto organizado y ejecutado por su organización.

El discurso negacionista y victimista que ya ha intoxicado a varias generaciones de jóvenes argentinos sumiéndoles en una ignorancia histórica que tendrá gravísimas consecuencias socioculturales para el futuro, debe ser políticamente refutado, y moralmente repudiado.

Quisiera terminar proponiendo una reflexión:

Toda aquella tragedia de miles de jóvenes que se asignaron el derecho a matar para imponer un régimen revolucionario sin apoyo popular, y murieron por no evaluar las relaciones de fuerza y la viabilidad entre su Deseo ideológico y la Realidad política, podríamos resumirla con un principio jurídico y político del redactor de la Constitución fundacional del Estado-nación argentino, el gran Juan Bautista Alberdi.

"Sólo el pueblo es legítimo revolucionario: lo que el pueblo no pide, no es necesario. Preguntad al pueblo, a las masas, si quieren revolución. Os dirán que si la quisiesen, la habrían hecho ya".
Fragmento preliminar al estudio del Derecho.
Tesis doctoral. 1837