sábado, 28 de diciembre de 2013

El mito marxista de la "lucha de clases"

Mural del pintor y comunista mexicano Diego Rivera




Jorge Fernández Zicavo

La Lucha de Clases es la tesis primordial del dogma marxista, pues la considera articuladora de la historia universal:

La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases.

Mencionar la existencia de clases sociales a lo largo de la historia es una obviedad, pero afirmar que hayan estado permanentemente en lucha y que éstas hayan determinado y articulado la historia de las civilizaciones, es una hipótesis que exige ser validada empíricamente, y desde luego, no es legítimo que su autor la formalice como tesis.

Lo primero que llama la atención de este enunciado con reminiscencias bíblicas, es que el verbo luchar no vaya seguido de un adjetivo. Se omite, por lo tanto, una cualidad que resulta imprescindible para determinar su sentido, para saber que entendían sus autores por… lucha de clases.

Marx y Engels enumeran las luchas de clases registradas por la historia escrita, cuyo comienzo es de suponer que sitúan en la Atenas siglo V a.C. de Herodoto, Tucídides y Jenofonte, porque la primera supuesta lucha de clases que mencionan fue entre hombres libres y esclavos. Lo cual resulta asombroso: ¿los esclavos, que ni siquiera eran atenienses sino prisioneros de guerra extranjeros... constituían una clase social?
Pero centrémonos en las clases burguesa y proletaria de la Modernidad que nutrieron el dogma marxista.
La lucha de clases burguesía-proletariado admite dos interpretaciones que dividieron al movimiento socialista internacional. Por consiguiente, la omisión adjetivadora de Marx y Engels, en tanto que militantes de la Liga de los Comunistas fundada por el primero en 1847; y de la Primera Internacional de los Trabajadores (1864) cuyos Estatutos redactó Marx, debería ser analizada políticamente.

Para algunos pensadores socialistas la lucha de clases se manifiesta mediante "conflictos de intereses", que pueden solucionarse mediante negociaciones, acuerdos o pactos; independientemente de que los adversarios hayan presionado, o no, con medidas de fuerza: huelga de unos; despidos, represión policial, etc. de otros.
A esta variante, por cierto, habría que interrogarla: ¿En una huelga se enfrentan dos clases sociales, o sólo algunos de sus miembros? Y lo mismo vale para los sindicatos y partidos. ¿Quién está legitimado para hablar y actuar en representación de los millones de individuos que integran una clase social?
En cualquier caso, queda claro que esta interpretación de la lucha de clases se circunscribe a luchas económicas dentro de un marco político reformista.
Así; como una lucha para obtener ventajas y beneficios de un régimen económico y político que no se pretende derribar, entendió la lucha de clases el socialismo democrático y reformista: la socialdemocracia europea agrupada en la Segunda Internacional bajo el liderazgo de los marxistas Kautsky y Bernstein.

Pero la lucha de clases también puede concebirse como una "guerra por el poder" total o absoluto (político y económico). Por la dominación de clase, en palabras de Marx.
Es decir, como una guerra civil revolucionaria para apoderarse del Estado y los medios de producción. El objetivo estratégico del proletariado debería ser… la expropiación de los expropiadores por medio de un gobierno de la clase obrera.

Para mayor abundancia sobre su concepción de la lucha de clases:

La conquista del poder político por el proletariado… El poder político, propiamente hablando, es la violencia organizada de una clase contra otra… Los comunistas proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente.

Se le entiende, ¿verdad?

Pues bien. Una vez que con estas inequívocas aclaraciones desaparece la ambigüedad y aflora el verdadero sentido de la tesis marxista, puede afirmarse que ésta es una estafa intelectual, ya que jamás ha existido en la historia universal, como Ley (con la excepción que ahora se comentará), una lucha de clases como guerra de clases generalizada y sistemática, programada para la toma revolucionaria y violenta del poder.

La lucha de clases entendida como conflictos de intereses negociables, y no la guerra de clases, ha sido la única ley histórica universal vigente desde la Antigüedad hasta su única excepción con la Revolución Francesa del siglo XVIII en la que, por primera vez en la historia, después de al menos 2.500 años, una clase (la burguesía) desalojó violentamente del poder político y económico a otra (la aristocracia o nobleza) que detentó el poder desde las primeras civilizaciones; incluso durante las pseudo democráticas repúblicas griegas y romanas.
Pero la Revolución Francesa sólo ha sido una excepción de la única milenaria ley histórica que sigue estando vigente, dado que después de ella, es decir, desde hace ya… dos siglos… las revoluciones burguesas se extendieron por Europa y América sin que hasta ahora hayan sido reemplazadas, como aseguraba otra profecía de Marx, por la… única clase revolucionaria destinada a esa misión histórica: el proletariado; los sepultureros de la burguesía engendrados por ella.
A no ser, claro está, que se tenga el cinismo de considerar Estados proletarios a los gobernados por pequeños burgueses comunistas fundadores de una aristocracia roja. ¿Lenin, Trotski, Mao, Ho Chi Min, Fidel Castro… miembros de la clase obrera? ¿Estado proletario la monarquía roja de Corea del Norte? ¿Los partidos comunistas… todos ellos con una abrumadora mayoría de militantes de clase media, partidos obreros?

Resumiendo:
1- Al otorgar a su hipótesis el rango científico de tesis, Marx tuvo la osadía intelectual de eliminar de la historia universal nada menos que los 2.500 años sin lucha revolucionaria o guerra de clases, anteriores a la Revolución Francesa.
2- Sus seguidores silencian que desde aquella única excepción que confirmó la regla, ésta sigue vigente: una historia universal en absoluto articulada por la lucha de clases concebida como una guerra civil revolucionaria por el poder.

El truco del prestidigitador hegeliano Marx consistió en maquillar la hipótesis “lucha de clases” como tesis, para presentar como científica lo que era una visión teleológica funcional a su Utopía, es decir, pura metafísica: la historia universal considerada como un Proceso hacia un fin predeterminado por el plan o programa de Dios, la Providencia, el Espíritu, el Ser Supremo, el Logos, el Sino, la Lucha de Clases… según preferencias de una larga lista de filósofos y teólogos cristianos, agnósticos y masones como San Agustín, Kant, Hegel y Marx entre decenas. Produce vergüenza ajena escuchar en boca de intelectuales marxistas el oximoron epistemológico de considerar científicas las predicciones y oráculos. Como toda doctrina historicista, el marxismo fuerza a la realidad para que encaje en la teoría. Ludwig Von Mises identificó la pirueta del socialismo “científico”: Lo que ha hecho una realidad de la lucha de clases es la conciencia de clases creada por la ideología marxista. Es la idea la que ha creado la clase y no la clase quien ha creado la idea.

Que Marx concediera una función determinante a la lucha de clases (en su variante guerrera) como articuladora de la historia universal, resultó funcional a su lógica política, porque le permitió vincularla a otro mito de su utopía mesiánica: la supuesta naturaleza revolucionaria, justiciera y redentora del proletario. Una suerte de superhombre prometeico que, como sujeto histórico, estaría destinado a cumplir la misión de instaurar la última fase de la historia: la sociedad comunista; donde la necesidad (alimentos para los pobres del mundo y los esclavos sin pan) cedería su lugar al reino de la abundancia y la libertad mediante un reparto justo en una sociedad donde ya no habría ni Estado ni clases sociales: De cada cual según su capacidad. A cada cual según su necesidad.
Versión marxista del Antiguo Testamento, con maná del cielo y paraíso terrenal incluidos. La Tierra como paraíso y patria de la humanidad, según la letra de “La Internacional”.

Lógicamente, el concepto de lucha de clases revolucionaria generó una praxis política específica:

A partir de las enseñanzas aportadas por la insurrección de la Comuna de París en 1871, la lucha de clases según la entendían los socialdemócratas que tres años después de morir Marx fundarían la Segunda Internacional (lucha sindical-parlamentaria: nivel táctico-reformista), fue reconvertida por Marx-Engels y sus discípulos radicales en una guerra de clases destinada a la toma armada del poder (nivel estratégico-revolucionario) e implantación de una dictadura del proletariado. Este nuevo paradigma, que Lenin defendería en sus Tesis de Abril y en su durísima polémica con Kautsky, hizo posible el golpe de Estado bolchevique-militar del 25 de octubre de 1917, y se institucionalizó en una Tercera Internacional que consagró definitivamente la ruptura del movimiento socialista en dos bandos irreconciliables.
E incluso fratricidas: los comunistas rusos exterminaron a los socialistas; y la República alemana de Weimar presidida por el socialista Fiedrich Ebert masacró a centenares de comunistas y a sus líderes Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Agresiones armadas de Cuba a siete países de América Latina





Jorge Fernández Zicavo


Entre las ya olvidadas incursiones armadas llevadas a cabo por la Cuba castrista en Latinoamérica durante la década del sesenta, la agresión a Venezuela fue la más importante y persistente de todas.
Entre 1961 y 1968 la izquierda venezolana desató una sangrienta guerra revolucionaria para hacerse con el poder e implantar un régimen marxista-leninista a imagen y semejanza de la Cuba castrista que le proporcionó armamento, entrenamiento y combatientes de sus Fuerzas Armadas. La guerra se llevó a cabo mediante atentados terroristas en las ciudades y, fundamentalmente, operaciones guerrilleras en las montañas de seis Estados o provincias.

En realidad, la subversión cubana en Venezuela había comenzado antes de 1961, con unas prisas que hoy resultan sorprendentes, y reveladoras de los planes que ya tenía Fidel Castro para toda América Latina. Nada menos que el 23 de enero de 1959 ¡tan sólo 22 días después de tomar el poder! hizo una visita oficial de tres días a Caracas, y después de varias reuniones con miembros del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela, éste resumió en un documento sus coincidencias doctrinales y programáticas con el flamante régimen castrista:


Fidel Castro en Caracas, 23 de enero de 1959

1. Que la mayoría de los países de América Latina tendrán que recorrer un camino no pacífico para alcanzar su liberación.

2. La perspectiva socialista de la revolución latinoamericana.

3. La necesidad de coordinar la solidaridad (revolucionaria) a escala continental y mundial.

4. La importancia internacional de la victoria de la Revolución Socialista de Cuba y la ineludible tarea de defenderla.

5. Que el deber de un revolucionario es hacer la revolución.

Lo sorprendente de este documento, es que ocho años y medio después, los cinco puntos serían reproducidos literalmente en la Resolución Final de la Conferencia de la OLAS (agosto de 1967) que proclamó en La Habana la guerra revolucionaria a escala continental.

Otro ejemplo de las prisas del dictador Fidel Castro por exportar alocadamente su revolución fue la expedición de 82 guerrilleros cubanos hacia Panamá el 16 de abril de 1959, pero las barcazas naufragaron en las marismas y todos fueron capturados.

El 1 de junio de 1959, un grupo de 75 guerrilleros nicaragüenses procedentes de Cuba que desembarcó en su país para participar en una insurrección contra el dictador Anastasio Somoza, fue aniquilado sin piedad por la Guardia Nacional.

El 14 de junio de 1959, un nuevo fracaso. Una fuerza de 200 guerrilleros cubanos y dominicanos transportados en un guardacostas, tres fragatas y tres aviones estableció una cabecera de playa en Santa Constanza y Puerto Plata, de Santo Domingo; pero el dictador Rafael Leónidas Trujillo ordenó al Ejército que los capturaran vivos y luego los masacraran cortándoles las manos a machetazos para que se desangraran. Murieron 217 invasores; no hubo heridos.

El 14 de agosto de 1959 un grupo de 18 cubanos, 10 haitianos y 2 venezolanos desembarcó en Haití para iniciar una insurrección que derrocara al dictador Francois Duvalier. La terrible guardia personal de éste, los Tonton Macoutes, los aniquiló en una matanza más dantesca que la de Santo Domingo.

En 1960 destacados comunistas nicaragüenses como el futuro ministro del interior Tomas Borge, fundaron en territorio de Honduras el Frente Sandinista de Liberación Nacional con oficiales instructores cubanos y 55 reclutas nicaragüenses; pero antes de entrar en Nicaragua el grupo fue desbaratado por el Ejército hondureño. Años despues, en junio de 1963, los sandinistas hicieron otra incursión y se establecieron en el poblado de Raití con 60 guerrilleros entrenados en Cuba, pero tras varios enfrentamientos con la Guardia Nacional debieron replegarse a Honduras.

El 17 de julio de 1961 el director de la Guardia Civil de Costa Rica informó acerca de un nuevo complot de Fidel Castro para fomentar acciones guerrilleras en Costa Rica, Nicaragua y Panamá; y comunicó la existencia de pistas de aterrizaje clandestinas al norte de su país, utilizada por Cuba para enviar armas a los nicaragüenses.

Retornamos a la guerra revolucionaria venezolana.
Dado que duró ocho intensos años, aunque luego habría operaciones residuales de poca importancia hasta 1972, no agobiaremos al lector reconstruyendo una historia plagada de asesinatos, emboscadas a fuerzas militares y policiales, secuestros de aviones y de personas, atracos a bancos, incendios de oleoductos, voladura de puentes, copamientos de unidades del Ejército y de la Armada, y demás acciones comunes a este tipo de guerra.
Lo que haremos, tras un breve párrafo para identificar a las fuerzas subversivas protagonistas, será demostrar la responsabilidad del Estado cubano en la guerra revolucionaria venezolana; al menos, desde 1963.

Hemos localizado muchas de estas pruebas en un ensayo histórico cuya originalidad consiste en haber sido publicado en 2006 por la Universidad Bolivariana de Venezuela, es decir, por una institución del izquierdista Estado venezolano presidido entonces por Hugo Chávez. Además, por si esto no fuera suficiente garantía de objetividad, el texto fue reproducido por la conocida página web de la izquierda argentina, CEDEMA. También complementaremos estas pruebas con otras procedentes de nuestros archivos.
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Organizaciones político-militares involucradas:

Las principales organizaciones armadas fueron el Partido Comunista de Venezuela (PCV) y su aparato militar Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) fundado en 1962. Posteriormente, dos grupos se escindieron del PCV aunque militarmente siguieron considerándose parte de las FALN: el Partido Revolucionario de Venezuela (PRV) y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). El objetivo estratégico de estas organizaciones subversivas era derrocar el gobierno constitucional del socialdemócrata Rómulo Betancourt y proclamar un Estado socialista

Pruebas de la injerencia del Estado cubano-castrista en Venezuela:

1963

* El 20 de febrero, militantes del PCV y del MIR fundan las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) al mismo tiempo que el PCV envía militantes a Cuba para recibir entrenamiento militar.
Cedema, p.63

El PCV, el MIR y las FALN habían planificado una gran insurrección en Caracas que debería producirse durante la jornada electoral del 1 de diciembre de 1963, pero el descubrimiento de un cargamento de armas cubanas el 11 de noviembre, desbarató la operación. Desde 1959 Cuba entrenaba a guerrilleros venezolanos en su territorio, pero este fue su primer suministro de armas.

* Nosotros (escribió más tarde el comunista Luis Correa), habíamos dividido la ciudad de Caracas en tres sectores: dos los cubría la Brigada Uno: toda la parte norte, el San Carlos hasta Petare y hacia el sur; y un sector lo cubría la Brigada Dos: sector oeste. Básicamente se trataba de buscar un estallido popular, con una buena apoyadura (sic) en armamentos, que eran las famosas armas de Cuba.
Cedema, p.72

A continuación el autor del ensayo reproducido por Cedema, Pedro Pablo Linárez, aclara a sus lectores:
* Recordemos que para la activación de este plan las FALN contaron con el Partido Comunista cubano que, en efecto, envió un lote de armas las cuales fueron incautadas por el Gobierno.
Cedema, p.73

Información complementaria obtenida por Termidorianos:

El cargamento de tres toneladas, enterrado en Macama, península de Paraguaná, Estado de Falcón, se componía de:

Cañones sin retroceso, calibre 55 mm.
Morteros de 60 mm.
Bazookas calibre 3.5".
Subametralladoras UZI
Fusiles de Asalto Ligero FAL
Cargas explosivas M3 para demolición de edificios
Cohetes ligeros para los bazookas
Granadas para los morteros

Los cubanos habían limado las numeraciones y el escudo nacional que los fabricantes imprimen para las exportaciones a fuerzas armadas, de seguridad y policiales, pero debido a su poca profundidad pudieron detectarse con un microscopio.
Con esas pruebas, el gobierno de Rómulo Betancourt invocó el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) solicitando la convocatoria urgente del Órgano de Consulta a fin de que la OEA oyera la acusación contra Castro por flagrante agresión e intervención. Acusación que al dictador le tenía sin cuidado, pues Cuba ya no estaba vinculada a la OEA desde que ésta la expulsara en enero de 1962 por su probada complicidad con las guerrillas de Venezuela y Colombia.

Por otra parte, en aquel año 1963 una guerrilla argentina-cubana (Ejército Guerrillero del Pueblo) organizada en Bolivia, comenzaba a operar en Salta, Argentina, al mando del capitán cubano Hermes Peña Torres (ex-jefe de la custodia del "Che" Guevara) y del argentino Jorge Ricardo Masetti, fundador de la agencia oficial cubana de noticias Prensa Latina y amigo de Guevara, quien tenía previsto asumir el mando del grupo guerrillero cuando estuviera consolidado. Además del capitán Peña Torres, también participó un teniente cubano, Juan Alberto Castellanos, que fue capturado. Peña Torres y el gendarme argentino Juan Adolfo Romero, murieron en combate

1964

El 2 de octubre Fidel Castro anunció en La Habana la creación del Comité Cubano de Solidaridad con Venezuela. Esa tapadera hizo posible que desde entonces los comandantes de las FALN, y guerrilleros seleccionados para un entrenamiento militar más avanzado, pudieran viajar a Cuba legalmente.

1966

* En enero, 40 guerrilleros venezolanos se desplazaron a Cuba para entrenarse en (el campamento de Tropas Irregulares) “Punto Cero”.
Cedema, p.169

* El 18 de julio, el comandante de las FALN Luben Petkoff, desembarcó en la playas de Tucacas, Estado de Falcón, al frente de 15 militares cubanos bajo el mando del capitán Arnaldo Ochoa.
Cedema, p.128

Nota de Termidorianos:
Este brillante oficial llegaría a ser miembro del Comité Central del PCC y comandante en jefe del ejército expedicionario enviado a la guerra de Angola como fuerza mercenaria de la Unión Soviética en su guerra fría con Estados Unidos por el control de amplias zonas del Tercer Mundo.

En la transmisión de Radio Habana el 4 de noviembre de 1966, el comandante Elías Manuit Camero, anunció que la lucha armada continuaría en Venezuela hasta lograr la "toma del poder", y que la nueva estrategia se apoyaba en tres puntos fundamentales:

a) la lucha armada como único camino para la liberación.

b) la conquista del poder por las armas.

c) el apoyo, como lo hace Cuba, a la causa de la "liberación real del continente americano".

1967

* El 8 de mayo desembarcó un segundo grupo de militares cubanos en las playas de Machurucuto, Estado de Miranda. Un capitán fue capturado y fusilado a las pocas horas.

Otro oficial cubano de esa incursión, Ulises Rosales del Toro, que más tarde llegaría a ser general, escribió:

Desde el primer día que desembarcamos en Machurucuto, aunque hicimos varias emboscadas la iniciativa siempre la tuvo el enemigo (…) fueron catorce meses muy intensos.
Cedema, p.139

Nota de Termidorianos:
El grupo insurgente estaba integrado por diez guerrilleros venezolanos entrenados en Cuba y por suboficiales y oficiales cubanos. Algunos de éstos se internaron en las montañas con los venezolanos. Otros sólo debían ocuparse de trasbordar las armas en lanchas desde el buque nodriza, pero durante la maniobra volcó una lancha y se ahogó un teniente de apellido Picó. Sus compañeros cubanos en la lancha, dos tenientes y un sargento, alcanzaron la costa a nado pero al día siguiente fueron localizados por una patrulla del Ejercito. Uno de los tenientes se resistió disparando hasta morir, y el otro teniente y el sargento se rindieron. El capitán capturado y ejecutado que se menciona en el ensayo puede haber sido del grupo que se dirigió hacia las montañas.

El 24 de agosto, durante el asalto a un banco en Caracas, murió un guerrillero venezolano y fue capturado un sargento cubano.

Asimismo, conviene recordar que en este año 1967 el "Che" Guevara operaba en Bolivia al frente de 16 militares cubanos y 29 comunistas bolivianos y peruanos hasta que fue capturado y fusilado el 9 de octubre. También, como ya hemos comentado, en agosto de ese año el régimen cubano proclamó oficialmente en la Conferencia de la OLAS, el inicio de la guerra revolucionaria en toda América Latina.
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Conclusiones:

Como es bien sabido, aquella sangrienta estrategia castro-guevarista de lucha armada fracasó en todo el continente, pero la nueva estrategia "socialismo del siglo XXI" lanzada por el Foro de Sao Paulo fundado por los partidos comunistas de Cuba y Brasil, ha permitido al régimen cubano (desde que Chávez, miembro del PCV desde su juventud, se hiciera con el poder), conseguir tres importantes éxitos de penetración en Venezuela. Obviamente, con el consentimiento de Chávez-Maduro.

Diseñar las Fuerzas Armadas, las policiales, los servicios de Inteligencia, y la Milicia Nacional Bolivariana según el modelo de sus homólogas cubanas.

Controlar las tendencias ideológicas de los altos mandos de las Fuerzas Armadas mediante agentes cubanos que operan bajo diferentes coberturas.

Gestionar el Padrón Electoral, el recuento de votos, y la emisión de los documentos civiles de identidad, con los programas informáticos del Estado cubano.

Versión completa del ensayo publicado por Cedema

domingo, 3 de noviembre de 2013

Carta a Cadetes del Colegio Militar de la Nación




Después de cuatro años dedicados a divulgar datos y sucesos de la guerra revolucionaria desencadenada por el marxismo nacional e internacional contra nuestro país durante las décadas 60’ y 70’ del siglo XX, hoy queremos dirigirnos particularmente a los futuros oficiales del Ejército Argentino por ser la columna vertebral de las Fuerzas Armadas de la Nación. Lógicamente, el contenido de esta carta atañe también a los cadetes de la Armada y de la Fuerza Aérea.

Como ustedes saben, el 25 de mayo de 2003 se implantó -con un 30% de los votos y turbia ingeniería electoral- un gobierno presidido e integrado por antiguos miembros de la organización terrorista Montoneros, responsable de asesinar a unos 500 militares, policías y civiles, dinamitar una Fragata de la Armada, derribar un Hércules C-130 de la Fuerza Aérea, y copar sangrientamente en Formosa el Regimiento de Infantería de Monte 29º.

Ese gobierno presidido por el ex militante de la JUP montonera Néstor Kirchner, anuló los decretos del Poder Ejecutivo y sentencias de la Corte Suprema que habían clausurado judicial y políticamente aquella trágica etapa histórica mediante las leyes de “Obediencia Debida” y “Punto Final”. Esta medida sectaria y vengativa, facilitada por el Procurador General y ex montonero Esteban Righi y por una Corte Suprema presidida por el propietario de seis prostíbulos, fue el requisito jurídico para poder enjuiciar, condenar, encarcelar y aplicar penas de muerte extraoficiales a los militares y policías que cumpliendo lo ordenado por un gobierno constitucional combatieron a la subversión marxista alentada y entrenada por la Cuba comunista.

Saben, asimismo, que a continuación se denigró al Ejército en su Colegio Militar con la complicidad de un abyecto comandante en jefe que, ante decenas de periodistas y temblando ante un antiguo terrorista devenido en Presidente de la República, se subió a un sillón para descolgar los retratos de dos generales que en su día fueron directores del Colegio. Las fotografías de aquella bochornosa escena propia de una republiqueta africana, se publicaron en la prensa internacional y dieron lugar a decenas de comentarios humillantes. Poco después, por si ese insulto al Ejército no fuera suficiente, la dirección del Colegio eliminó de su página web la lista de los 127 oficiales, suboficiales y soldados conscriptos del Ejército Argentino asesinados o muertos en combate durante la guerra revolucionaria marxista. Héroes inoportunos, mártires políticamente incorrectos, que incomodaban a los altos mandos del “nuevo y derecho-humanista” Ejército Argentino y a la ministra de Defensa y ex oficial del Ejército Montonero, Nélida Garré. En septiembre de 2011 esta enfermiza negación del pasado alcanzó su clímax en el Instituto Social Militar Dr. Dámaso Centeno, cuando el Tte. Gral. Luis Alberto Pozzi homenajeó a milicianos montoneros ejecutados por el “viejo ejército” y ordenó retirar las placas recordatorias del Mayor Larrabure y del Coronel Ardoy.

Además de estos ejemplos, la apología y legitimación oficial del terrorismo al servicio de la “Patria Socialista” se manifestó en el siniestro Memorial de la Costanera; en las indemnizaciones a los familiares de terroristas aniquilados por orden de un gobierno constitucional; y mediante un fraudulento relato histórico que eliminó las responsabilidades criminales de la subversión armada. En él se cuenta a los niños y adolescentes algo tan fantástico como que la década del setenta no comenzó el 1 de enero de 1970, sino el 24 de marzo de 1976; eliminando de esta manera las relaciones de causa y efecto que son imprescindibles para reconstruir y comprender los hechos o acontecimientos históricos.
Así, mediante esta siniestra manipulación, la guerra revolucionaria que las izquierdas iniciaron en abril de 1969 operando contra una Compañía del Regimiento de Infantería “Patricios” en Campo de Mayo y que mantuvieron hasta noviembre de 1979 al precio de 816 policías, militares y civiles asesinados, fue literalmente borrada de la historia argentina.

En resumidas cuentas, este relato “K” de insuperable hipocresía, culminación del iniciado en 1984 por sectas ultraizquierdistas lideradas por la corrupta Hebe Pastor de Bonafini y sus estafadoras madres de terroristas apátridas y homicidas, ha sido una maquiavélica operación de ingeniería política y semántica destinada a transformar a los terroristas alzados en armas contra la sociedad y el Estado en simples y corrientes ciudadanos que -muy democráticos, ellos-, fueron “secuestrados” y “desaparecidos” por… ¡su activismo político o sindical contra una dictadura militar surgida de un golpe de Estado contra un gobierno constitucional!

Notable ejercicio de cínica amnesia o desmemoria histórica, pues omiten mencionar que fue precisamente aquel gobierno constitucional el que ilegalizó a las organizaciones terroristas por el delito de Sedición, proclamó el Estado de Sitio y, finalmente, ante lo que ya era una guerra civil en toda regla, ordenó a las Fuerzas Armadas que las aniquilaran en todo el territorio nacional.
Asimismo, silencian que aquellos “jóvenes idealistas y demócratas” no sólo se alzaron en armas contra los gobiernos militares de Onganía, Levingston y Lanussse, sino también contra los gobiernos constituciona-les de Frondizi, Illía, Perón e “Isabel” Perón.

Este siniestro relato “K”, lejos de ser improvisado, constituye una bien planificada plataforma de propaganda subversiva con la que las izquierdas esperan conseguir el copamiento troyano de la República inspirado en una estrategia resumida en la consigna de la ex montonera Cristina Fdez. de Kirchner “vamos por todo”. O sea, a por la destrucción de las instituciones del Estado burgués-capitalista, y de las fuerzas sociales: prensa, enseñanza, iglesia, asociaciones empresariales, sindicatos, partidos liberales o conservadores… el bloque socio-cultural hegemónico, en palabras de Gramsci, que por complicidad o conformis-mo confiere legitimidad al sistema.

Tras esta introducción, que ha sido imposible reducir más, les sugerimos que estudien sin prejuicios el contexto histórico de la guerra revolucionaria argentina y saquen sus propias conclusiones; y que no olviden ni dejen de respetar a sus predecesores que derrotaron a las más desarrolladas y capacitadas organizaciones terroristas y paramilitares de América Latina en aquellos años de guerra revolucionaria continental.
-Excluimos a la fuertemente paramilitar FARC colombiana porque su accionar es anterior al proyecto OLAS y nunca estuvo vinculado a él.-

Asimismo, les transmitimos algunas conclusiones o síntesis de nuestra investigación histórica sobre la temática que nos ocupa por si pudieran servirles como hipótesis de trabajo:

1-

La guerra revolucionaria argentina fue la única “urbana” de la Historia, lo que supuso para las FFAA un gran desafío, pues tal modalidad de guerra irregular o conflicto armado interno no estaba prevista ni por los EEUU ni por las demás naciones latinoamericanas que, desde la Revolución Cubana, siempre enfocaron la Seguridad Nacional sobre la hipótesis de guerrillas selváticas-rurales.
En consecuencia, hubo que diseñar sobre la marcha una doctrina de guerra contrarrevolucionaria específica. Cierto es que desde hacía varios años, oficiales franceses impartían en la Escuela Superior de Guerra cursos sobre sus experiencias contraterroristas en Indochina y Argelia, pero el escenario argentino no permitía una aplicación literal de su doctrina; aunque se aplicaron algunos de sus conceptos generales.
Recordemos las dificultades. Por ejemplo, en el aspecto paramilitar, la eficacia operativa alcanzada por el ERP. Muchos oficiales de aquel mini ejército irregular que copó batallones, regimientos y hasta una guarnición del Ejército Argentino, habían sido entrenados en el campamento cubano PETI “cero” (Punto de Entrenamiento de Tropas Irregulares) organizado y dirigido por dos coroneles soviéticos. También su eficacia en materia de seguridad e inteligencia que aprendieron de oficiales de la STASI alemana radicados en Cuba. Varios oficiales de las FAR y de Montoneros también recibieron aquellos entrenamientos.

2-

Dado que la guerra revolucionaria argentina -y latinoamericana- formó parte de la confrontación URSS-EEUU en América Latina y en todo el Tercer Mundo durante aquellos años de Guerra Fría (Cuba envió 275.000 hombres a las guerras de Angola-Namibia-Sudáfrica y 15.000 a la de Etiopía, ambas apoyadas diplomática y militarmente por la Unión Soviética), el triunfo de las FFAA argentinas constituyó la segunda derrota internacional del comunismo soviético después de la obtenida por el Ejército español comandado por el generalísimo Franco durante la guerra civil 1936-1939.

3-

El criterio ético y político que asumieron los generales, almirantes y brigadieres que hoy están siendo demonizados socialmente y asesinados en las dantescas prisiones kirchneristas fue:

Ninguna Ley, ni siquiera la Constitución, pues todo texto legal es producto de criterios Políticos que periódicamente son anulados o reformados por los partidos, está por encima de la Permanencia de los valores históricos y socio-culturales sobre los que se fundamenta una Nación y su Estado; que en nuestro caso son los occidentales que nos legaron Atenas, Roma y la Europa cristiana. El pueblo argentino jamás aceptará un Estado-Partido totalitario como el que pretendían los enloquecidos mesiánicos de la “Patria Socialista”, y ninguna ley podrá impedírselo. Principio establecido por el Presidente Perón tras el ataque del ERP a la Guarnición de Azul y en Mensaje radio-televisado a la Nación: aniquilar el terrorismo criminal... exterminarlosuno a uno para el bien de la República”.

Dos días después, en reunión con diputados montoneros a los que al día siguiente expulsó del Movimiento, fijó las pautas de la futura doctrina contraterrorista del Estado:

Puestos a enfrentar la violencia con la violencia, nosotros tenemos más medios posibles para aplastarla, y lo haremos a cualquier precio (...) Nosotros vamos a proceder de acuerdo con la Necesidad, cualquiera sean los medios. Si no hay ley, fuera de la ley también lo vamos a hacer y lo vamos a hacer violentamente, porque a la violencia no se le puede oponer otra cosa que la propia violencia. Eso es una cosa que la gente debe tener en claro, pero lo vamos a hacer; no tengan la menor duda.

Perón, que tenía un cierto conocimiento de la historia política y militar de la Antigüedad, sabía de lo que hablaba, pues el conflicto entre Legalidad y Necesidad no ha dejado de presentarse esporádicamente desde los tiempos de las repúblicas griegas y romanas. Ignoramos si también había leído a Jean-Jacques Rosseau, que a mediados del siglo XVIII escribió:

Cuando los malhechores se rebelan contra su patria, la traicionan y le declaran la guerra, la supervivencia del Estado se vuelve incompatible con la suya y es preciso que uno de los dos perezca

("El contrato social", II-V)

Respecto a los golpes de Estado, el padre filosófico, jurídico y moral de los jacobinos franceses, de los bolcheviques rusos, y por tanto de todas las izquierdas revolucionarias subsiguientes, opinó:

Cuando el acatamiento inflexible de la legalidad impida responder a situaciones de crisis no previstas por el legislador, esas leyes pueden resultan perniciosas y causar la destrucción del Estado

Íbid, IV-VI)

Precisamente por este principio o enfoque intelectual y moral ante las circunstancias históricas a las que debieron enfrentarse las Fuerzas Armadas, el golpe de Estado llevado a cabo para conducir política y militarmente la guerra contrarrevolucionaria (apoyado por todos los partidos políticos, incluido el Comunista), quedó plenamente legitimado. Y conviene no olvidar que, finalizada la transitoriedad consustancial a toda dictadura positiva (defensiva), como fue El Proceso, se convocaron elecciones para volver a la normalidad institucional.

En su condición de Pueblo en Armas, todas las Fuerzas Armadas del mundo constituyen la última ratio defensiva de sus naciones respecto a la soberanía territorial, pero también, en tanto que brazo armado del Estado, están obligadas a garantizar su existencia cuando connacionales traidores y mercenarios al servicio de países extranjeros pretendan destruirlo y reemplazarlo por un Estado totalitario.

Quiera el destino, que las izquierdas apátridas y mercenarias no repitan su delirante y suicida pretensión de aniquilar a las Fuerzas Armadas para tomar el poder e implantar una dictadura comunista de partido único; pero si lo hicieran, quiera también el destino que los oficiales de las tres Fuerzas sepan estar a la altura de sus lealtades juradas como militares y, sobre todo, de sus conciencias como hijos y ciudadanos de la Nación.
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Por el blog Termidorianos

Jorge Fernández Zicavo
coordinador

Sugerencia de artículos vinculados:

El Termidor argentino (1). Después de pedir infinidad de veces a las izquierdas armadas, que con su gobierno elegido por un abrumador 62% de los votos, cambiaran la violencia por una militancia política constructiva, el presidente Perón inicia la guerra contrarrevolucionaria por la vía paraestatal.

El Termidor argentino (2). La presidenta María Estela Martínez, viuda de Perón, decreta que el Ejército aniquile la subversión en la provincia de Tucumán (Operativo Independencia bajo el mando de los generales Vilas y Bussi. Posteriormente, la presidenta decreta que las Fuerzas Armadas aniquilen la subversión en todo el territorio nacional.

General Vilas. La pesadilla del ERP. El general Vilas aplica en Tucumán la "doctrina contraterrorista francesa" bien estudiada por el Ejército Argentino desde 1962.

El Termidor argentino visto por Termidorianos. Nuestro balance histórico de "El Proceso"


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sábado, 26 de octubre de 2013

Izquierda latinoamericana: del "Che" Guevara a Gramsci


¡Terroristas del mundo, uníos! 




Jorge Fernández Zicavo

La celebérrima definición de la guerra enunciada por el mariscal Carl von Clausewitz: “continuación de la política por otros medios”, resulta apropiada para aludir -invirtiendo los términos- a la paradoja de que algunos de los terroristas que en las pasadas décadas 60' y 70' desencadenaron una guerra civil revolucionaria para implantar dictaduras comunistas en todo el continente, años después de ser derrotados llegaran a gobernar sus naciones mediante procedimientos democráticos; es decir, concibiendo a la política como una continuación de la guerra por otros medios. Un radical cambio de doctrina estratégica que, en vez de asaltar violentamente el poder burgués-capitalista, opta por coparlo legalmente y destruir los pilares del “sistema” con la constancia de las termitas.

Por supuesto, los ejemplos que citamos son muy conocidos y cotidianos, pero justamente por eso se tiende a olvidarlos y, peor aún, a subestimar-los. Convendría, asimismo, prestar atención a la cronología de lo que resulta difícil no considerar un programa estratégico en marcha, pues estamos hablando de siete casos en quince años, pero… seis de ellos en tan sólo ocho.

Venezuela
Hugo Chávez
Presidente de la República 02.02.1999 - 05.03.2013
En 1971 ingresó en la Academia del Ejército como parte de una estrategia “troyana” del Partido Comunista de Venezuela basada en infiltrar militantes en las Fuerzas Armadas a la espera de tiempos propicios.
Entre 1962 y 1978 el PC venezolano operó con guerrilleros entrenados en Cuba (en 1966 se les sumó un grupo de 15 militares cubanos al mando del entonces capitán Arnaldo Ochoa), para derrocar los gobiernos constitucionales de Rómulo Betancourt, Raúl Leoni Otero, Rafael Caldera y Carlos Andrés Pérez e implantar una dictadura comunista. Por lo cual, durante sus primeros siete años en el Ejército el impostor y “judas” Chávez fue cómplice de todos los homicidios cometidos por su Partido contra sus colegas militares que murieron en atentados o en combate.

Brasil
Luiz Lula da Silva
Presidente de la República 01.01.2003 - 31.12.2010
Dirigente sindical afiliado al entonces terrorista Partido Comunista de Brasil.
En 1990, Lula y Fidel Castro fundaron el Foro de Sao Paulo: una “internacional marxista latinoamericana” destinada a promover la subversión en todo el continente -de momento, no armada, aunque las FARC están afiliadas- para implantar el “socialismo del siglo XXI”.

Argentina
Néstor Kirchner
Presidente de la República 25.05.2003 - 10.12.2007
Militó en la Federación Universitaria por la Revolución Nacional (FURN); grupo peronista de izquierda políticamente solidario con las llamadas “organizaciones armadas”, que luego se disolvió para ingresar en la Juventud Universitaria Peronista (JUP): aparato universitario y miliciano de la organización terrorista-paramilitar Montoneros que entre junio de 1970 y noviembre de 1979 cometió unos 500 homicidios.

Chile
Michelle Bachelet
Presidenta de la República 11.03.2006 - 11.03.2010
Antes fue Ministra de Salud, y posteriormente de… ¡Defensa!
Jefa del aparato sanitario del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). Una organización terrorista entrenada por asesores cubanos, que operó como fuerza de seguridad y de choque del gobierno marxista de Salvador Allende, y que en 1986 recibió de Cuba 80 toneladas de armas para desencadenar -previo asesinato de Pinochet, que fracasó- una guerra de guerrillas. Entre 1977 y 1979 Bachellet recibió entrenamiento militar en el Colegio Especial "Karl Liebknecht" fundado en 1946 por Comité Central del Partido Socialista Unificado (comunista) de la República Democrática Alemana para la formación de sus cuadros y de camaradas extranjeros. El colegio estaba discretamente ubicado en los bosques cercanos al pueblo Kleinmachnow. (Juan B. Yofre, "Nadie fue", edit. Sudamericana, p.65).

Argentina
Cristina Fernández de Kirchner
Presidenta de la República 10.12.2007-10.12.2011
Actualmente ejerce su segundo mandato presidencial hasta 10.12.2015
Militó en el Frente de Agrupaciones Eva Perón (FAEP), aparato universitario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) fundadas en Cuba en agosto de 1967. Posteriormente, abandonó el FAEP para ingresar en la Juventud Universitaria Peronista (JUP), aparato universitario y miliciano de Montoneros.

Uruguay
José Mujica
Actual Presidente de la República desde 01.03.2010
Combatiente de la organización terrorista Tupamaros.

Brasil
Dilma Rousseff
Actual Presidenta de la República desde 01.01.2011
Combatiente de los terroristas Comandos de Liberación Nacional (COLINA), posteriormente rebautizados como Vanguardia Armada Revolucionaria (VAR).

sábado, 12 de octubre de 2013

III Internacional (comunista): Estado Mayor de la revolución mundial

A la izquierda, Lenin



Jorge Fernández Zicavo

Reproducimos la carta enviada a 35 Partidos y Ligas comunistas convocándoles al Primer Congreso de la Internacional Comunista (Tercera Internacional del movimiento socialista), que sería inaugurada por Lenin en Moscú el 2 de marzo de 1919.

Cuatro meses antes había terminado la dantesca I Guerra Mundial que supuso la desaparición de cuatro imperios al coste de nueve millones de combatientes europeos muertos; y por otra parte, la Revolución Rusa del 25 de octubre de 1917 todavía seguía provocando que centenares de militantes socialistas fundaran partidos bolcheviques y se lanzaran a desencadenar insurrecciones de obreros y soldados.
Así, en enero de 1919 los comunistas alemanes habían intentado ponerse al frente de una insurrección de obreros, soldados y marineros que duró diez días y concluyó con el asesinato de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht a manos de la milicia ultraderechista Freikorps. Asimismo, dos semanas después de clausurarse este Primer Congreso de la III Internacional, los comunistas húngaros proclamaron una República Soviética que sería aniquilada en agosto.

Tras una introducción general, la carta enumera las premisas básicas a debatir en el Congreso:

1.- El período actual es el de la descomposición y el hundimiento de todo el sistema capitalista mundial y será el del hundimiento de la civilización europea en general si no se destruye al capitalismo con sus contradiccio-nes insolubles.

2.- La tarea del proletariado consiste en la actualidad en apoderarse del poder del Estado. La toma del poder del Estado de la burguesía y la organización de un nuevo aparato del poder proletario.

3.- El nuevo aparato del poder debe representar la dictadura de la clase obrera y, en determinados lugares, también la de los pequeños campesinos y obreros agrícolas, es decir que debe ser el instrumento de la subversión sistemática de la clase explotadora y el de su expropiación. No la falsa democracia burguesa (esa forma hipócrita de dominación de la oligarquía financiera) con su igualdad puramente formal, sino la democracia proletaria, con la posibilidad de realizar la liberación de las masas trabajadoras; no el parlamentarismo sino la auto administración creada por las propias masas, con la participación real de esas masas en la administración del país y en la actividad de la construcción socialista, ese debe ser el modelo del Estado proletario. El poder de los Consejos (soviets) obreros y de las organizaciones obreras es su forma concreta.

4.- La dictadura del proletariado debe ser el incentivo de la expropiación inmediata del capital, de la abolición de la propiedad privada sobre los medios de producción y de la trasformación de esta propiedad en propiedad popular. La socialización (por socialización entendemos aquí la abolición de la propiedad privada que pasa a manos del Estado proletario y de la administración socialista de la clase obrera), de la gran industria y de los bancos; la confiscación de las tierras de los grandes propietarios terratenientes y la socialización de la producción agrícola capitalista; la monopolización del comercio; la socialización de los grandes inmuebles en las ciudades y las grandes propiedades en el campo; la introducción de la administración obrera y la centralización de las funciones económicas en manos de organismos emanados de la dictadura proletaria. Estos son los problemas esenciales en la actualidad.

5.- Para la seguridad de la Revolución Socialista, para su defensa contra enemigos interiores y exteriores, para la ayuda a las otras fracciones nacionales del proletariado en lucha, etc., es preciso proceder al desarme completo de la burguesía y de sus agentes, y el armamento general del proletariado.

6.- La situación mundial exige ahora el contacto más estrecho posible entre los diferentes sectores del proletariado revolucionario y la unión total de los países en los cuales la Revolución Socialista ha triunfado. (¿?)

7.- El método fundamental de la lucha es la acción de masas del proletariado, incluida la lucha abierta a mano armada contra el poder del Estado del capital.

Con nuestro saludo socialista

Firman:
Lenin y Trotsky por el Comité Central del Partido Comunista Ruso, y dirigentes comunistas de Polonia, Hungría, Austria, Letonia, Finlandia, los Balcanes y Estados Unidos de América.

El primer artículo del Estatuto aprobado por el Primer Congreso fijaba el objetivo estratégico:

1º — La Nueva Asociación Internacional de los Trabajadores es fundada con el objeto de organizar una acción conjunta del proletariado de los diversos países, tendiente a un solo fin: la liquidación del capitalismo, el establecimiento de la dictadura del proletariado y de una república internacional de los soviets que permitirán abolir totalmente las clases y realizar el socialismo, primer grado de la sociedad comunista.
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El resultado orgánico de esta III Internacional fundada a instancias del Partido Comunista bolchevique de Rusia (posteriormente, Partido Comunista de la Unión Soviética), fue la creación de la Komintern (Internacional Comunista), concebida como “partido mundial de la revolución” destinado a fundar partidos comunistas y a coordinar la subversión política y sindical en los cinco continentes. Esas actividades clandestinas serían llevadas a cabo por revolucionarios profesionales que a su vez, dado que la Rusia soviética era un Partido-Estado, operarían en estrecha relación con la GPU (más tarde OGPU, NKVD y KGB): el aparato de seguridad responsable de la policía política y el espionaje exterior.

La Komintern estaba dirigida por un Comité Ejecutivo cuyos dos primeros presidentes, los rusos Grigori Zinoviev y Nikolai Bujarin, miembros del Comité Central del Partido, fueron fusilados por orden de Stalin durante el Gran Terror de 1936-1938 desatado contra Trotski y sus seguidores; aunque, como en estos dos casos, también contra cualquiera que el dictador considerara su enemigo. Bujarin fue reemplazado por el búlgaro Georgi Dimitrov, y a éste le sucedió el ucraniano Dimitri Manuilski hasta que Stalin disolvió la Komintern en 1943.

La subordinación de los partidos comunistas a la Komintern, aparato del Partido-Estado de la Rusia soviética que les consideraba sucursales o “embajadas” extraoficiales, quedaba reflejada en sus denominaciones, a las que añadían... Sección (italiana, alemana, española, etc.), de la Internacional Comunista. Este carácter ecuménico de la Komintern, similar a una Iglesia de Roma que envía misioneros a fundar nuevas comunidades, se evidenciaba, también, en el hecho de que la mayoría de los PC's nacionales fueron fundados por delegados extranjeros de la Komintern. Un ejemplo: el Partido Comunista de España fue fundado en 1920 por el ruso Mijail Gruzenberg, el norteamericano Charles Phillips y el hindú Manabendra Nath Roy.

En definitiva: la Komintern operó en todo el mundo como un “estado mayor” de la revolución comunista mundial, aunque en sus 24 años de existencia no se produjo ninguna. Hubo que esperar a 1948 (triunfo de la revolución china, cinco años después de desaparecer la Komintern), para que hubiera una segunda después de la rusa. Además, sus errores en esa revolución provocaron una masacre de miles de comunistas entre 1925 y 1927. La única gran operación a escala mundial de la Komintern fueron las Brigadas Internacionales que combatieron en la guerra civil española.

Respecto a América Latina, los delegados de la Komintern fundaron varios PC's y pusieron bajo su autoridad a los que ya existían. Dedicaron una especial atención al mexicano; y al argentino fundado en 1918 como Partido Socialista Internacional pero que en 1921 se adhirió a la III Internacional como PCA. La Komintern apostó por el italiano Vittorio Codovilla (Ottobiano 1894 - Moscú 1970) que en 1912 emigró a Buenos Aires enviado por el Partido Socialista de Italia y llegaría a ser Secretario General del PCA. En 1927 integró los secretariados Latinoamericano y Británico-Americano de la Komintern, y en 1936 fue enviado a España durante el efímero gobierno del Frente Popular y primeros años de la guerra civil como máxima autoridad extraoficial del PCE.

La operación más espectacular llevada a cabo en América Latina por la NKVD-Komintern fue el asesinato de Trotski el 21 de agosto de 1940 en México, a manos del comunista español Ramón Mercader, hijo de una comunista y espía de la Unión Soviética que fue condecorada por Stalin con la Orden de Lenin. Ramón Mercader fue ayudado por comunistas mexicanos que tres meses antes, al mando del pintor David Alfaro Siqueiros, ya habían intentado liquidar al legendario creador del Ejército Rojo. Dado que esa operación fue dirigida por el Secretariado Latino de la Komintern que supervisaba a los PC's de Italia, Francia, Rumanía, Portugal, España y América Latina, la participación de Codovilla se da por descontada. Sobre todo, porque en la guerra civil española había organizado las Checas dedicadas a asesinar anarquistas y trotskistas que no aceptaban la orden de Stalin, "primero ganar la guerra, y después hacer la revolución". En aquel enfrentamiento fratricida entre las izquierdas, "una guerra civil dentro de la guerra civil", el trotskista Andreu Nin, que en los primeros años de la Rusia soviética fue secretario personal de Lenin, sería torturado hasta la muerte en 1937 por el jefe de la NKVD en España, coronel Alexander Orlov.


Vittorio Codovilla y Dolores Ibarruri "la Pasionaria", en Moscú

El poder de aquellos delegados, que por intermedio del Comité Ejecutivo cumplían lo ordenado por Stalin, era prácticamente ilimitado. Cuando llegaban a un país para inspeccionar al PC, sus secretarios generales temblaban, pues los “inquisidores” verificaban si estaban aplicando correctamente la línea ideológica y política determinada por el último Congreso de la Komintern; una línea que el maquiavélico “zar” Stalin solía modificar con giros desconcertantes y calculados: que nadie supiera muy bien a que atenerse, que dudara respecto a si sus órdenes eran literales o una “idea general” que debía ser interpretada o descodificada, era el perverso método utilizado por el dictador para mantener aterrorizados a los altos mandos políticos y militares.

Básicamente, la misión de los delegados consistía en redactar informes referentes al Partido visitado; pero también, dada la peculiar relación NKVD-Komintern inherente al Partido-Estado soviético, informaban sobre el personal de las embajadas y consulados.

Aunque la Komintern fue disuelta por Stalin en 1943 para adaptar el movimiento comunista internacional a nuevas coordenadas estratégicas (con la excepción de los países europeos, cuyos PC's combatían en los movimientos de Resistencia contra la invasión nazi-alemana), tras finalizar la II Guerra Mundial e iniciarse la Guerra Fría el accionar subversivo de la Unión Soviética continuó bajo la supervisión del KGB (Comité para la Seguridad del Estado).

Dentro de esta nueva estrategia “fría” de expansión geopolítica de la URSS (consolidar sus Estados satélites de Europa oriental en los años cincuenta, y disputar a los Estados Unidos el botín asiático, árabe y africano en los sesenta), deben analizarse los procesos descolonizadores y guerras de liberación nacional desencadenadas a partir de 1960 en el Tercer Mundo.

Además de Vietnam, el enfrentamiento entre EE.UU. y la URSS se produjo también en la guerra de Angola -extendida en ocasiones a Namibia y Sudáfrica-, en la que la Cuba castrista pagó la “ayuda” soviética de cientos de miles de millones de dólares en armamento y petróleo, enviando entre 1975 y 1992 un total de 275.000 efectivos de sus Fuerzas Armadas bajo el mando del general Arnaldo Ochoa; quien tras ser honrado como héroe nacional y admitido en el Comité Central del Partido Comunista sería fusilado por orden de Fidel Castro. Asimismo, entre 1977 y 1978 Cuba envió 15.000 combatientes y 6.000 asesores militares a Etiopía como parte del apoyo que la URSS daba al izquierdista Frente de Liberación del Pueblo Eritreo. En las campañas de Angola y Etiopía murieron 8.000 militares cubanos que Fidel Castro llamaba "combatientes internacionalistas".
Por otra parte, esta intervención cubana en África no era nueva, ya que entre 1965 y 1966 el “Che” Guevara había combatido en la guerra del Congo al frente de un contingente de militares cubanos disfrazados de guerrilleros. Con resultados tan desastrosos como los que le aguardaban en Bolivia.

Finalmente, la Unión Soviética desafió a los Estados Unidos nada menos que en América Latina -su tradicional “patio trasero” y reserva estratégica-, lanzando la ambiciosa operación subversiva de la Conferencia Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), celebrada en La Habana en agosto de 1967.
En dicha conferencia, que reunió a todas las izquierdas latinoamericanas bajo un espíritu de Cruzada o Guerra Santa antiimperialista, el Estado cubano títere de la URSS declaró oficialmente el inicio de la Guerra Revolucionaria en el continente; si bien, como es sabido, sus tropas no fueron los ortodoxos y reformistas PC's que abogaban por una “revolución democrático-burguesa”, sino unas heterodoxas y fanáticas sectas guevaristas. Esta estrategia de un doble accionar, legal y clandestino, estuvo siempre presente en la política exterior de la URSS.

La aniquilación de la Guerra Revolucionaria continental en su “frente” argentino a finales de 1979, puso fin al audaz proyecto soviético-cubano.
Diez años después de aquella derrota los alemanes del Este derribaban el Muro de Berlín, y en 1991 la Rusia comunista y su imperio se desintegra-ban después de 74 años que conmovieron al mundo.







domingo, 6 de octubre de 2013

La Izquierda: anacrónica metáfora




Gabriel Albiac

Es la historia de una metáfora. Espacial. No se soñó trascendente en la anécdota que le dio origen; llegó a serlo por azar. Suele pasar. «Izquierda/derecha» facilitó las etiquetas en un tiempo confuso. Y su juego léxico se elevó a mito fundante. Imperó a lo largo de un siglo: el XIX. Se empantanó en el primer tercio del XX. Cayó vertiginosamente luego. Y, al final, quedó sólo en cascajo: palabra muerta que se repite para proteger impronunciables intereses. Yo intenté dar cuenta de su anacronismo, hace quince años, en un libro que llamaba a «pensar contra la izquierda y la derecha». Pocos quisieron oírlo entonces. Ahora es una evidencia.

La metáfora tiene fecha de nacimiento. Eso facilita la comprensión de sus lógicas. Versalles, 28 de agosto de 1789. La revolución había sucedido sólo mes y medio antes. Se sometía ese día a voto la supresión de la potestad real para vetar decisiones de la Asamblea. El recuento se efectúa a mano alzada. Se impone una trivial artesanía para el recuento: la presidencia ruega a los delegados que se repartan en dos bloques espacialmente distinguibles. A la derecha, los partidarios de mantener el privilegio real. A la izquierda, los de abolirlo. Derecha e izquierda visualizan, en ese instante, los dos mundos que van a entrar en guerra.

Pero que nadie se equivoque. «Derecha/izquierda» no es la metáfora revolucionaria privilegiada. No aún. Es una más, entre las abundantes que dan imagen esquemática a un mundo todavía imprevisible. El quince de septiembre, cuando Mirabeau bromee sobre «las geografías de la Asamblea», el juego de metáforas espaciales es prolijo: permite a los atónitos protagonistas tantear a ciegas, reconocerse. O creer reconocerse. Plaine/Montagne, Droite/Gauche… «Llanura/Montaña», «Derecha/Izquierda»… Es un juego de pizarra casi infantil. Los arrastrará a todos. «He visto terminar y comenzar un mundo», escribirá Chateaubriand al final de su vida tan plena. Derecha e izquierda son la metáfora de ese «río de sangre» entre el mundo que se extingue y el que nace. Y, entre 1789 y 1793, izquierda acabará por ser sinónimo de republicanismo.

Disección de un muerto.
Cómo de aquella primera investidura de la metáfora en el nacer de la sociedad burguesa haya podido izquierda pasar a dar consigna al movimiento obrero revolucionario en el siglo XIX, es una paradoja en la cual vemos el triple registro -alusivo, elusivo e ilusorio- de lo imaginario en estado puro. Todos hemos vivido, en mayor o menor medida, presos en la coartada que el solapamiento de los tres planos teje. Procedamos ahora, cuando de la metáfora queda sólo un polvo rancio, a diseccionarla. Aun cuando nada nos ahorre ya el remordimiento de haber operado tarde, el remordimiento de saber que este esfuerzo no sirve para nada. No estamos haciendo análisis ya. Sí, disección. Hablamos de un muerto. Porque también las palabras mueren. Aun cuando pueda hacerse trinchera con sus cadáveres: Las palabras: esa pesada línea Maginot del pensamiento.

Alusión.
Como procedimiento alusivo, en izquierda frente a derecha resuenan las mitologías del nuevo régimen que entierra al viejo: arquitectura jerárquica de la sociedad burguesa, conforme a una cuadrícula de simétricas contraposiciones. Ilustración frente a Tiniebla, Progreso frente a Reacción, Modernidad frente a Arcaísmo, Racionalidad frente a Irracionalismo, Laicidad frente a Religión…

Elusión simultánea.
Invocar un ilustrado racionalismo modernista es enmascarar los despotismos de Estado que le fueron sustanciales: el progreso es el modo incruento de designar ciclos económicos y políticos no siempre plácidos.

Ilusión.
Como dispositivo ilusorio, izquierda es un engranaje verbal clave en la génesis de lo que Étienne de la Boétie llamó en el siglo XVI una «servidumbre voluntaria», una aceptación de lo peor como deseable religión de suplencia.

El inicio del siglo XX rompe esa ensoñación optimista, cuyo desmorona-miento Freud sitúa en la Gran Guerra. Es el «derrumbe de una ilusión»: la que cristalizara en luminosas fantasías de progreso histórico. Algo aprendimos de 1914, piensa Freud: que nuestros optimismos acaban siempre en desastre.

Hablando en rigor, ahí muere la funcionalidad de la metáfora «izquierda». Aunque nunca haya sido más usada que a partir de entonces: pasa siempre, cuando las palabras agonizan por desgaste. Los dos totalitarismos de entreguerras se dijeron socialistas y progresistas, que son los dos pilares del mito «izquierda». Uno, el soviético, se afirmó internacionalista. El otro -en variedad italiana o alemana-, nacionalista. Pero socialistas ambos. Y basta leer las conversaciones de Hitler con Rauschning para constatar hasta qué punto el nacional-socialismo (o socialismo nacionalista) se consideró el heredero «realista» de la izquierda obrera.

«Izquierda y «derecha» fueron, después de la segunda guerra mundial, poco más que modos de ubicarse en el eje de coordenadas que fijó la guerra fría. Acabada, en 1989, la guerra fría, se extinguió esa última función. Sobrevivió la inercia léxica de los partidos socialistas. Al coste, eso sí, de depurar cualquier vieja resonancia izquierdista aun de sus programas, no digo ya de sus prácticas.

Después de Thatcher, que hizo saltar en añicos todas las viejas mitologías sindicales, Tony Blair sabía que el laborismo sólo podría volver a gobernar en Gran Bretaña haciendo lo mismo que Thatcher con un tono distinto: liberalismo benévolo.
En Francia, cuando Mitterrand se inventó, en 1971, el Partido Socialista, los últimos residuos izquierdistas de su predecesora SFIO (Sección Francesa de la Internacional Obrera) fueron barridos. Y, llegado al poder, nada distinguiría al presidente Mitterrand de la derecha conservadora de cuyas filas él mismo provenía.
Nada esencial ha cambiado desde entonces. La antaño omnipotente socialdemocracia del centro y norte de Europa es un espectro que da bandazos frente a la firmeza de Angela Merkel. En Italia, ni existe.

Lo específico de la izquierda española es su anacronismo: paradójica herencia franquista. Un partido socialista puesto en pie por el departamento de Estado norteamericano había de capitalizar en votos, bajo máscara de «izquierda», la herida de cuarenta años de dictadura. Tenía lógica en el final de los setenta: era preciso cortar el paso al único antifranquismo real, el de los comunistas. El anacronismo ha durado tres decenios. Permitió a los gobiernos de González practicar crimen y robo de Estado: GAL y Filesa. Eran «de izquierda», y esa legitimidad moral valía para perdonar cualquier cosa. La metáfora permitiría, años más tarde, delirar gratis a un puro incompetente como Zapatero, con retóricas que, fuera de aquí, ya ningún «socialista» utilizaba.

Hoy uno mira atrás. Todo es histriónico. ¡Cielo santo!, se dice. ¿Y en esta estupidez hemos vivido?

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El Mundo
06.10.2013

El autor es catedrático de filosofía en la Universidad Complutense de Madrid y autor de numerosos ensayos históricos, políticos, filosóficos y literarios. Ha sido miembro del Consejo Editorial del Diario EL MUNDO y publica artículos en varios diarios españoles. Vivió y estudió en París durante la década de sesenta, habiendo sido discípulo de Louis Althusser. Desengañado de la utopía marxista que condujo a la pesadilla totalitaria del "socialismo real", desde 1990 se autodefine sarcásticamente como un "comunista muerto".


sábado, 21 de septiembre de 2013

Guerra Revolucionaria Argentina: la gran "desaparecida" de la Historia

Hércules C-130 derribado por el Ejército Montonero en 1975 (clic ampliar)



Texto leído por Jorge Fernández Zicavo durante la clausura del II Seminario Guerra Revolucionaria Argentina 1969-1979, llevada a cabo en Madrid el 10 de junio de 2013.
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Antes que nada, quiero agradecer a las personas que en su día me propusieron impartir este Seminario y que esta tarde nos alientan con su presencia.

A modo de resumen diré que hemos identificado las tres ideas-fuerza sobre las que la izquierda argentina inició una Guerra Revolucionaria para apoderarse del poder e implantar un régimen socialista totalitario con dictadura de partido único. Una guerra civil, en definitiva, cuya existencia en la Argentina actual sólo es conocida por ciudadanos sexagenarios y septuagenarios porque la izquierda ha logrado borrarla de la Historia.

- El marxismo-leninismo como plataforma ideológica.

- La revolución cubana -con su guerra de guerrillas a partir de un pequeño foco inicial de combatientes- como opción militar estratégica.

Estas dos ideas-fuerza fueron comunes a todas las bandas terroristas de América Latina que operaron durante las décadas '60 y '70 del siglo XX: una verdadera pandemia de pequeños grupos subversivos alentados y apoyados por la Cuba castrista.

Pero las izquierdas argentinas añadieron una tercera, que les convertiría en un caso singular entre las “organizaciones hermanas” que en agosto de 1967 acordaron en la Conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), celebrada en La Habana bajo los auspicios del presidente Osvaldo Dorticós que inauguró la Conferencia, y del jefe del Estado Fidel Castro que la clausuró, desencadenar la lucha armada en toda América Latina.

- Esa tercera idea-fuerza fue la teoría y praxis china y vietnamita de la Guerra Revolucionaria que consiste en crear, después de una primera etapa guerrillera, un Ejercito Guerrillero regular que permita pasar del hostigamiento táctico a la aniquilación del Ejército enemigo (nacional o imperialista) atacándoles con brigadas y divisiones.

La famosa batalla de Dien Bien Phu, en la que el Ejército Popular de Vietnam comandado por el general Nguyen Vo Giap arrasó la guarnición fortificada del Ejército expedicionario francés, había confirmado que la doctrina de guerra revolucionaria o guerra popular, aplicada a la peculiaridades históricas y sociales de esos países, era acertada.
Además, esa doctrina político-militar que derrotó al Kuomintang en China y al colonialismo francés en Vietnam, Laos y Camboya, ya había conseguido grandes éxitos antes de Dien Bien Phu con las guerrillas del Viet-Minh que años después, con el nombre de Viet-Cong y nuevamente bajo el mando de Giap, derrotarían al Ejército de los Estados Unidos.

En realidad, la guerra revolucionaria, que no debe confundirse con la “guerra de guerrillas” porque apunta a un desarrollo militar y objetivos superiores, no sólo fue asumida por la izquierda argentina, sino también, y mucho antes, por las FARC del Partido Comunista de Colombia que fundó un Ejército Guerrillero regular en una amplia “zona liberada” que todavía sigue bajo su control.
Pero el caso de las FARC no encaja en la estrategia castrista que estamos comentando (OLAS, 1967), porque venían operando desde varios años antes de la Revolución Cubana y, además, por divergencias con Fidel Castro no acudieron a la mencionada Conferencia.

Esta idea-fuerza de Guerra Revolucionaria fue asumida al pie de la letra por la “más militar” de las organizaciones terroristas argentinas: el Ejército Revolucionario del Pueblo, brazo armado del trotskista Partido Revolucionario de los Trabajadores integrado en la IV Internacional.

En cuanto a la otra gran organización terrorista, Montoneros (marxistas que por oportunismo se camuflaron como peronistas), dedicada exclusivamente a secuestros extorsivos y al asesinato de adversarios políticos, también acabaría fundando su Ejército -y Milicias-, aunque demasiado tarde y con una concepción estratégica distinta a la del ERP.

Durante el Seminario hemos visto que el 80% de los pistoleros terroristas argentinos, orgánica y operativamente similares a ETA, Brigadas Rojas, IRA o Baader Meinhoff, se reciclaron en guerrilleros urbanos entrenados militarmente en Cuba y encuadraron Compañías de infantería ligera; atacaron siete unidades del Ejército Argentino (batallones, regimientos y guarniciones) consiguiendo en algunos casos coparlos y saquear sus arsenales; dinamitaron una fragata de la Armada, derribaron un gigantesco Hércules C-130 de la Fuerza Aérea cuando despegaba lleno de tropas antiguerrilleras, y a punto estuvieron de dinamitar seis cazabombarderos Mirage en una base aérea. Asimismo, tanto el ERP como Montoneros, emboscaron convoyes militares que transportaban armamento y asesinaron en atentados o dieron muerte en combate, a 157 militares (varios generales, almirantes y coroneles entre ellos), 451 policías y 208 civiles.
Obviamente, esas Compañías se concentraban poco antes antes de lanzar un ataque y, una vez finalizado, los combatientes se reincorporaban a su "doble vida" social.
Tanto por su entrenamiento como por su armamento, la estructura de esas unidades insurgentes de combate eran propias de una infantería ligera especializada en operaciones de asalto o comando.

En resumidas cuentas, la originalidad del caso argentino en el contexto de la subversión latinoamericana dirigida ostensiblemente por el Estado cubano, consistió en pasar del nivel de bandas terroristas (que no persiguen tomar el poder sino desestabilizar gobiernos), a uno de fuerzas paramilitares lo suficientemente bien entrenadas y conducidas como para operar contra las Fuerzas Armadas, policiales, y de seguridad.

Asimismo, la mercenaria izquierda argentina subordinada a la Cuba castrista, que a su vez era mercenaria de la Unión Soviética en las guerras anticoloniales africanas, aportó una segunda originalidad; ésta sí, única en el mundo: que su guerra revolucionaria fuera la única urbana de la Historia. Las de China y Vietnam se libraron en selvas y montañas, porque eran países con poblaciones abrumadoramente campesinas a las que fue fácil movilizar a cambio de una parcela de tierra.

Aunque para cualquier estudioso de la guerra revolucionaria, una “urbana” y sin tropas extranjeras de ocupación como en China y Vietnam era una decisión disparatada y condenada al fracaso, los dogmáticos y fanáticos líderes del ERP la justificaron alegando que en Argentina el 75% de la población residía en ciudades, y que allí, argumentaban, las masas obreras serían la retaguardia política y militar del Partido Revolucionario de los Trabajadores y de su Ejército. En cuanto a tropas extranjeras, en su delirio especulaban que si lograban asestar golpes demoledores al Ejército nacional, podría producirse una intervención militar estadounidense. Demás está decir que ni el ERP ni las demás organizaciones terroristas obtuvieron el apoyo de la clase obrera, debido a que la doctrina peronista -muy arraigada en ella-, es radicalmente anticomunista.

Este proceso evolutivo del terrorismo a lo militar, ha sido el eje a partir del cual hemos analizado en el Seminario las principales acciones llevadas a cabo por las izquierdas argentinas en aquellos años, sus estructuras orgánicas, su logística y finanzas, sus aparatos de Inteligencia y seguridad, sus organizaciones políticas, sindicales y estudiantiles más o menos legales o de “superficie” como las tapaderas etarras controladas por Batasuna, etc.

También hemos estudiado la respuesta política y militar de un gobierno constitucional, apoyado por todos los partidos políticos, a una situación propia de una guerra civil: que las Fuerzas Armadas aniquilaran la subversión en todo el territorio nacional.

Curiosamente, la guerra contrarrevolucionaria librada por las Fuerzas Armadas y policiales también sería muy singular en la historia latinoamericana y mundial, no por su doctrina, que años antes se la habían impartido en Buenos Aires oficiales del Ejército colonial francés que operaron contra el terrorismo en Indochina y Argelia, sino porque, a diferencia de sus maestros, que fueron derrotados, ellas aniquilaron a las fuerzas insurgentes o sediciosas, tanto en su variante terrorista como paramilitar. Dada la experiencia adquirida por las Fuerzas Armadas argentinas en la materia, especialmente en el terreno de la Inteligencia, que resultó ser decisiva, es de suponer que la izquierda nacional jamás volverá a desencadenar otra guerra civil revolucionaria ni cualquier otra variante de subversión armada. A no ser, claro está, que quieran suicidarse. Este sería, en términos históricos, el saldo positivo de aquella tragedia.

Para terminar, quiero agradecer a los asistentes al Seminario su participación interactiva que tanto me ha aportado. Muchas gracias a todos. Ha sido un placer conoceros.

jueves, 29 de agosto de 2013

El "socialismo policial" de Sergei Zubatov



Sergei Zubatov



Jorge Fernández Zicavo

Hoy dedicamos esta nota a recordar una figura emblemática para el ya viejo combate entre revolución y contrarrevolución a nivel de Inteligencia operativa: la del legendario agente de la policía política zarista, Sergei Zubatov (Moscú, 07.04.1864 - Moscú, 15.03.1917)

Hijo de un oficial del Ejército, siendo estudiante de bachillerato se interesó por la literatura revolucionaria e ingresó en un círculo anarquista. En 1883 fue arrestado, y en 1885 evitó ser deportado a Siberia a cambio de convertirse en colaborador de la policía política (Okhrana).
Gracias a su conocimiento de los grupos clandestinos moscovitas se pudo arrestar a numerosos revolucionarios, y en 1889 ingresó formalmente en la Okhrana.

En abril de 1892 se infiltró en el círculo del socialista Mihail Brusnev; en 1894 en el grupo Narodnoe Pravo (los derechos del pueblo) dirigido por Mark Natanson y Víctor Chernov; y en mayo de 1895 consiguió su mayor éxito profesional al acceder al círculo íntimo de Iván Rasputin, que para entonces estaba preparando un atentado contra el zar Nicolás II que sería desbaratado por Zubatov. Por este extraordinario servicio a la corona fue nombrado jefe de la Okhrana en Moscú.

En 1898 elaboró una insólita estrategia contrarrevolucionaria basada en que el Estado favoreciera iniciativas sociales y económicas a favor de los obreros para contrarrestar la propaganda del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia; que años más tarde, tras la Revolución de Octubre, sería refundado como Partido Comunista -bolchevique-.
La estrategia, que Zubatov bautizó irónicamente como “socialismo policial”, fue aprobada por el máximo jefe de la Okhrana y por el gobernador de Moscú.

En 1901 fundó en Moscú la Sociedad de Socorros Mutuos de Obreros de la Industria Mecánica, y a continuación abrió delegaciones en Kiev, Charkov, Ekaterinoslav, Grodno, Minks, Nicolaev, Odessa, Perm, y Vilnius, capital de Lituania. Asimismo, fundó el Partido Independiente de Obreros Judíos para sustraerlos de la influencia del Bund: la organización socialista judía.

En febrero de 1902 encabezó una multitudinaria concentración de obreros que rindieron homenaje al zar Alejandro II, asesinado en 1881 por los terroristas de Narodnaya Volya (la libertad del pueblo), depositando una corona de flores en su monumento.

Transferido a San Petersburgo en octubre de 1902 como jefe de la Okhrana, fundó una Sociedad de Socorros Mutuos a semejanza de las anteriores y reclutó como agente al pope (sacerdote) Georgi Gapón, quién en 1906 sería asesinado por el Partido Socialista Revolucionario.

Cuando en el verano de 1903 se declaró una huelga general en el sur de Rusia, Zubatov tomó la decisión de que sus Sociedades Obreras de Nicolaev y de Odessa adhirieran a la misma. Esta extrema heterodoxia del “socialismo policial” colmó la paciencia del ministro de Hacienda, Sergei Vitte; y del ministro del Interior, Wiacheslav Von Pleve, que disolvió las organizaciones fundadas por Zubatov, lo suspendió del servicio y le ordenó fijar su residencia en Vladimir.
En julio de 1904, tras ser asesinado el ministro Pleve por un atentado de anarquistas, su sucesor, Svjatopol-Mirskij, lo reintegró a sus funciones.

El 15 de marzo de 1917, al producirse la abdicación de Nicolás II como consecuencia de la marea bolchevique tolerada por el pusilánime Kerensky, el singular contrarrevolucionario Sergei Zubatov, ante la evidencia de que la caótica República tenía los días contados, se suicidó con un disparo en la sien.
Siete meses más tarde, Lenin y Trotsky sublevaban al Ejército y a la Armada en San Petersburgo y proclamaban la República de los Soviets.

Aunque la maquiavélica estrategia de Zubatov no fue suficiente para impedir el desarrollo y triunfo de la revolución rusa, sus éxitos tácticos fueron innegables; por lo cual, desde entonces las enseñanzas del “zubatismo” serían tenidas en cuenta por muchos Servicios de Inteligencia que fundaron grupos ultraizquierdistas que en ocasiones evolucionaron hacia el terrorismo. Los casos más espectaculares ocurridos en los últimos 50 años fueron el apoyo financiero y logístico que la Stasi brindó a la banda Baader-Meinhof, los Servicios italianos a las Brigadas Rojas, y los argentinos a Montoneros.


sábado, 10 de agosto de 2013

1974: "raid" homicida del ERP contra oficiales del Ejército Argentino



Jorge Fernández Zicavo

En relación a la larga lista de militares argentinos asesinados por las organizaciones terroristas durante su Guerra Revolucionaria 1969-1979, dedicaremos este artículo a un grupo de víctimas vinculadas entre sí por un mismo suceso: la llamada, por las izquierdas, “Masacre de Capilla del Rosario”; uno de los tantos mitos propagandísticos creados para demonizar las operaciones militares contra la subversión armada ordenadas por un gobierno constitucional.

El mito se origina en el desenlace que tuvo el fracasado ataque de una Compañía del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) contra el Regimiento de Infantería Aerotransportada 17º con asiento en San Fernando del Valle, provincia de Catamarca, llevado a cabo el 10 de agosto de 1974 y al que ya hemos dedicado un Post, al igual que al ataque lanzado ese mismo día por otra Compañía del ERP a la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos.

Después de varios operativos de persecución y captura de los terroristas llevados a cabo por sesenta efectivos del citado Reg. 17º apoyados por cuatro helicópteros, un grupo de catorce insurgentes fue localizado en la llamada Cañada de los Walter, próxima al pueblo Piedras Blancas, produciéndose allí un intenso combate que acabó con la muerte de todos ellos.

Como era de esperar, la propaganda del ERP presentó el suceso alegando que sus combatientes habían sido ejecutados sumariamente tras rendirse una vez agotadas sus municiones; una acusación que formulaban sistemáticamente cada vez que había bajas en sus filas, para presentar al Ejército Argentino como una banda de vulgares asesinos.

Pero en este caso, dada la humillación que supuso para la comandancia del ERP el fracaso de su “primera gran operación militar utilizando simultáneamente dos Compañías en distintas provincias”, el 19 de agosto emitió un Comunicado en el que prometía “ejecutar a 16 oficiales del Ejército Argentino”. Elevaron la cifra de 14 a 16 porque incluyeron a otros dos terroristas muertos en combate contra fuerzas policiales.

Tras esta introducción, pasamos a rescatar para la Historia a los nueve oficiales del Ejército Argentino que fueron cobardemente asesinados en emboscadas cuando estaban fuera de servicio. El ERP suspendió la amenaza de ejecutar a 16, porque la masacre provocada al asesinar al noveno oficial junto a su familia, desencadenó un fortísimo repudio social. La cifra pudo haber ascendido a diez oficiales muertos, ya que a uno de ellos Tte. 1º Ciro Ahumada sólo lograron herirlo gravemente.

25.09.1974
Coronel, Jorge Oscar Grassi
Oficial de Ingenieros. Tercer Cuerpo de Ejército, Córdoba.

25.09.1974
Tte. 1º Luis Roberto Brzic
Batallón de Comunicaciones 121º, Rosario, Santa Fe.

02.10.1974
Capitán, Miguel Ángel Paiva
Escuela Superior de Guerra, Ciudad de Buenos Aires.

07.10.1974
Mayor, Jaime Gimeno
Bioquímico del Hospital Militar Central, Ciudad de Buenos Aires.

11.10.1974
Teniente, Juan Carlos Gambandé
Liceo Militar “General Belgrano”, Santa Fe.

23.10.1974
Tte. Coronel, José Francisco Gardón
Médico. Hospital Militar de Campo de Mayo, Buenos Aires. Asesinado en San Miguel de Tucumán.

07.11.1974
Mayor, Néstor Horacio López
Liceo Militar “General Belgrano”, Santa Fe.

12.11.1974
Tte. 1º Roberto Eduardo Carballo
Batallón Ingenieros de Combate 101º, Tres Arroyos, Buenos Aires.

01.12.1974
Capitán, Humberto Viola (y su hijita de 3 años, María Cristina)
Destacamento de Inteligencia, Tucumán.
_ _ _

Post Data

1- Por lo visto, también otro oficial resulto herido: el Tte. Coronel, Roberto López Paz, (en Córdoba), pero no hemos podido confirmarlo.

2- Es de mencionar el hecho bochornoso de que el Blog “Ejército Argentino” que se dedica a rememorar batallas históricas, y a víctimas del terrorismo marxista que asoló a la República Argentina durante la década 70 del siglo XX, jamás identifica a las organizaciones terroristas responsables de los mismos; tanto como si se trató de militares muertos en combate como en atentados. Cumplen a rajatabla la consigna del régimen Kirchner-Montonero de borrar de la historia los siete años de guerra revolucionaria anteriores al golpe militar del 24 de marzo de 1976. Borrado de la memoria colectiva y, especialmente, entre los miembros de las Fuerzas Armadas.

martes, 6 de agosto de 2013

La familia de Oswaldo Payá pide una investigación internacional sobre su muerte




La familia de Oswaldo Payá coincide en la necesidad de una investigación independiente que esclarezca la muerte del histórico disidente cubano. Para sus familiares, la muerte no se debió a un accidente de tráfico fortuito y la versión oficial del Gobierno cubano «es una burda farsa». Para el hermano de Oswaldo, Carlos Payá, que reside en Madrid, quedan muchos interrogantes sin contestar y hay demasiadas versiones contradictorias.

«Es muy doloroso recordar esto, pero fue muy difícil identificar el cadáver de mi hermano por lo mal y magullado que se encontraba, mientras que los que le vistieron cuentan todo lo contrario». Por eso, «es más necesario que nunca una investigación independiente, no que la hagamos nosotros».

Y es que los familiares de Payá han buscado respuestas desde aquel trágico 22 de julio de 2012 y cada vez son más los testimonios que acompañan su versión. Ha pasado más de un año desde su fallecimiento y todavía no tienen la autopsia de Oswaldo, reconoce Carlos a LA RAZÓN. Su sobrina e hija del opositor al régimen de los Castro, Rosa María, explica que normalmente en Cuba el informe forense se otorga al mes de la muerte. Su madre incluso fue a pedirlo formalmente a Bayamo, a pocos kilómetros del lugar del accidente, pero sin suerte.

En el vehículo iba al volante el español Ángel Carromero, de copiloto, el sueco Jens Aron Modig y detrás Oswaldo Payá y el activista cubano Harold Cepero. Los dos disidentes del Movimiento Cristiano de Liberación murieron mientras que Carromero y Modig resultaron ilesos. La Justicia cubana culpó al joven español de 28 años de un doble homicidio involuntario por exceso de velocidad. Sin embargo, la versión se desmonta rápidamente, pues en el accidente estuvo involucrado otro vehículo, «que los embistió por detrás». Tampoco murieron en el momento, como señaló la Fiscalía cubana, pues Carromero y otros testigos los vieron con vida.



Tras la negación de la versión oficial por parte del principal testigo, Carromero, el siguiente paso es una investigación independiente», manifiesta a este periódico Rosa María Payá desde Miami. La hija de Oswaldo recuerda que su padre tenía la nacionalidad española y, por tanto, también es europeo.

«Agradecemos mucho las muestras de cariño constantes y poco ordenadas, pero nos falta un pronunciamiento oficial del Parlamento Europeo y del Gobierno de España».

Obviamente, ella sabe que tras la entrevista que concedió Carromero a un medio español, su versión gana fuerza.

«Sabemos que es difícil que indulten a Ángel porque sería reconocer el probable asesinato de mi padre. Pero ya es hora de que se produzca una investigación internacional». La hija de Payá asevera que el Parlamento Europeo concedió un premio Sajarov a Oswaldo y que entiende que los esfuerzos del Gobierno español se centraran en que Carromero volviera sano y salvo a suelo español, pero «los hechos son más que suficientes y ante la muerte de un ciudadano europeo ni Bruselas ni Madrid se pueden quedar callados».

LA RAZÓN.es
Madrid
05.08.2013