viernes, 29 de julio de 2011

La Guardia Civil admitió ignorar la seguridad de sus cuarteles





David Fernández
20 Minutos.es
29.07.2011

* Tras el atentado de 2009 en Palma, que dejó dos agentes muertos, la institución reconoció en un escrito no saber qué instalaciones tenían cámaras.

* El 70% de los cuarteles no pueden garantizar un servicio de 24 horas.

El 30 de julio de 2009 (mañana harán dos años), a las 13.50 horas, una bomba lapa adosada a los bajos de un Nissan Patrol de la Guardia Civil acababa con la vida de sus dos ocupantes: los agentes Carlos Sáenz de Tejada (28 años -izqda-) y Diego Salva Lezaún (27 años -dcha-). El atentado se produjo junto al cuartel de "la Benemérita", en Palmanova, en el municipio mallorquín de Calviá.


ETA pudo colocar la bomba porque el vehículo siempre "dormía" en la calle y el cuartel no disponía de cámaras de vigilancia. Un día después del atentado, varias comandancias pidieron por escrito a la sección de Logística del Estado Mayor de la Guardia Civil que se instalaran circuitos cerrados de televisión en muchos de los acuartelamientos que carecían de ellos.

Según la documentación a la que ha tenido acceso 20 minutos, el 3 de agosto el Estado Mayor respondió "que por el momento no es posible acceder a lo peticionado debido a las restricciones presupuestarias".

El miedo había hecho mella en las comandancias, que eran conscientes de los vulnerables que eran muchos cuarteles y de la facilidad que habían tenido los terroristas para atentar en Palma. Días después, el 12 de agosto de 2009, el Estado Mayor reconocía en un escrito que no estaba al tanto de las medidas de seguridad de sus cuarteles.

Por ello, pedía a todas las comandancias que remitieran antes del 12 de septiembre una relación de los acuartelamientos que disponían de cámaras de seguridad "con la finalidad de disponer de una base de datos fiable y actualizada". También pedía la relación de cuarteles que tenían "calabozos y otras medidas de seguridad".

* Más de 3.000 cuarteles

Es decir, en agosto de 2009, un mes después del atentado de Palma y tras 40 años de lucha antiterrorista, la cúpula de la Benemérita reconocía desconocer las medidas de seguridad de sus instalaciones y sus necesidades entonces.
Este diario ha podido saber que en la actualidad sólo 1.007 cuarteles tienen circuitos cerrados de TV, claves para vigilar el perímetro de los acuartelamientos. El resto, más de 2.000, no los tienen (hay 3.140 acuartelamientos).

"Y en el 8% de los que sí lo tienen, el sistema presenta anomalías o está defectuoso", señalan fuentes solventes. Más datos preocupantes. Además, sólo el 37% de los cuarteles tienen un área de seguridad perimetral. Es decir, que el resto no cuenta con la adecuada señalización para prohibir el estacionamiento de vehículos ajenos en su perímetro. No hay que olvidar que un día antes del atentado de Palma, ETA colocó una potente furgoneta bomba en la casa cuartel de Burgos. Hubo cerca de 70 heridos. (1)

* Sin poder abrir 24 horas

El 70% de los cuarteles no pueden garantizar un servicio de 24 horas debido a su reducida plantilla. La orden de la Dirección General (Ministerio del Interior) es que permanezcan siempre abiertos los que tengan un depósito de armas o sean puesto principal. Para el resto se fija un servicio de al menos cinco días a la semana en un turno.

http://www.20minutos.es/noticia/1122484/0/guardia-civil/seguridad/cuarteles/
_ _ _ _

(1) Nota de Termidorianos:

Esa noche dormían en la casa-cuartel de Burgos 120 personas, de las que 41 eran niños. Se calcula que la carga explosiva de la furgoneta-bomba colocada en el mismísimo aparcamiento de vehículos de la Guardia Civil era de 500 kilos. De 12 plantas resultaron semidestruidas 8, más varias viviendas de edificios particulares cercanos. La furgoneta fue aparcada a unos 30 metros del cuartel; de haber estado a un par de metros, el edificio se hubiera desplomado provocando una carnicería. Tras el atentado de Palma, la cifra de guardias civiles asesinados por ETA subió a 256.





_ _ _ _

También queremos recordar el atentado de ETA a la casa-cuartel de la Guardia Civil en Vic, Barcelona (29.05.1991) con un saldo de 10 muertos (4 niños más un adolescente de 17 años) y 44 heridos.

La crónica de aquel atentado evidenció un grado de chapuza, indiferencia e irresponsabilidad por parte del Estado Mayor de la G. C. y del Ministerio del Interior respecto a la seguridad de sus cuarteles, efectivos y familiares, que podría configurar el gravísimo delito de homicidio involuntario (2).
Las inconcebibles facilidades suicidas dadas a los terroristas para introducir su coche-bomba dentro del cuartel, oscilaron entre el esperpento y el surrealismo.

(2) Homicidio involuntario, también llamado homicidio culposo o negligente: cuando se conoce el posible resultado de muerte y sin embargo se cree poder evitarlo, pero falla y ésta se produce. También se presenta cuando definitivamente se ignora dicho resultado, pero de igual forma se mata. La punibilidad en este caso surge amparada por el deber que toda persona tiene de abstenerse de causar daño a otra, y las acciones carentes de intención y omisiones que conlleven a la muerte serán susceptibles de juzgarse conforme a las leyes penales.


_ _ _ _

Resúmen de prensa sobre el atentado de Vic:

Sobre las siete de la tarde, aprovechando que las puertas del patio interior estaban abiertas, dirigieron el coche-bomba hacia el interior del cuartel, deslizándolo por la rampa de entrada del mismo. Cuando el vehículo se encontraba en el centro del patio, el etarra Joan Carles Monteagudo Povo detonó el explosivo por control remoto, provocando la explosión. Posteriormente, emprendieron la huida en el otro vehículo, que cambiaron por una furgoneta Citroën C15 para no levantar sospechas y poder trasladarse a su refugio.






El artefacto estaba compuesto por 12 bombonas de butano rellenas con 18 kg de amonal cada una, un total de 216 kg. En el momento de la explosión, la mayor parte de los guardias se encontraban dando cobertura a una competición deportiva, por lo que en el cuartel había sobre todo mujeres y niños, muchos de éstos jugando en el patio del mismo. Como consecuencia de la deflagración, las tres plantas del edificio se derrumbaron, quedando sólo en pie la fachada. Además, la onda expansiva rompió cristales en pisos situados a más de 500 m, y afectó a unos 50 inmuebles en el Paseo de la Generalitat en que se encontraba el cuartel.

Entre las víctimas de la explosión se encontraban guardias civiles y familiares que residían en el interior de la casa-cuartel. La lista oficial de fallecidos es la siguiente:

Juan Salas Píriz, guardia civil de 48 años de edad.
Maudilia Duque Durán, de 78 y suegra del anterior.
Juan Chincoa Alés, guardia civil de 30 años.
Nuria Ribó Parera, de 21 y esposa del anterior.
Rosa María Rosas Muñoz, de 14 años.
Francisco Cipriano Díaz Sánchez, de 17 años.
Vanesa Ruiz Lara, de 11 años.
Ana Cristina Porras López, de 10 años.
María Pilar Quesada Araque de 8 años de edad.
También se produjo otro fallecimiento que no fue causado directamente por la explosión:

Ramón Mayo García, guardia civil en la reserva que se encontraba prestando ayuda a los heridos cuando fue atropellado mortalmente por una ambulancia, es considerado la décima víctima de la matanza. Al día siguiente los tres terroristas fueron localizados por la Guardia Civil en una casa en Llisa de Munt. Juan José Zubieta Zubeldía se rindió. Joan Carles Monteagudo y Juan Félix Erezuma Uriarte se resistieron disparando hasta caer muertos.






http://es.wikipedia.org/wiki/Atentado_contra_la_casa-cuartel_de_Vic

No hay comentarios:

Publicar un comentario